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Así se enfrenta Letizia Ortiz a los cambios que afectan a su familia, amenazas incluidas

La vida de los Ortiz-Rocasolano cambió el día en que se anunció el compromiso matrimonial de Letizia Ortiz con el príncipe Felipe. A partir de ese momento, los miembros de ambos clanes fueron escrutados con minuciosidad por tierra, mar y aire. ¿Cómo le ha cambiado la vida a los familiares de la Reina? ¿A qué han tenido que renunciar? Te contamos la historia de abajo a arriba.

El principio de fin

infanta cristina

La relación de don Felipe con sus hermanas siempre ha sido excelente. Desde pequeños, los tres mantuvieron un estrechísimo contacto. Compartían habitación de juegos, hacían los deberes juntos y era uña y carne. Así lo quiso y fomentó doña Sofía, sabedora de que esos lazos siempre estarían ahí pasara lo que pasase. Para ella, el vínculo con sus hermanos, Irene y Constantino, ha sido vital en momentos difíciles.

Cuando don Felipe comentó a sus padres que había encontrado el amor, don Juan Carlos no estuvo de acuerdo. El hecho de que Letizia estuviera divorciada era algo que no agradó al monarca. Sabía que eso sería motivo de fuertes críticas a la Corona y que muchos ciudadanos no lo verían bien. Por su parte, la reina Sofía, aunque sabía que no era la candidata ideal, apoyó a su hijo.

Las infantas Elena y Cristina se pusieron de parte de su hermano. Ni lo dudaron. Para ellas, su felicidad estaba por encima de todo. Y más tras lo mucho que había sufrido al romper con Eva Sannum. En esa ocasión, la razón de Estado ganó al corazón. Sin embargo, con Letizia, don Felipe no estaba dispuesto a dejar que ocurriera lo mismo. Todo iba bien entre ellos hasta que ocurrió un hecho que marcó un antes y un después.

En julio de 2005 en Zarzuela se celebró el bautizo de Irene Urdangarín. Al parecer, los padres de Iñaki Urdangarín no tenían donde alojarse, algo debió ocurrir que provocó semejante situación, y la infanta Cristina pidió a don Felipe y doña Letizia si podían quedarse en su casa. Sin embargo, su cuñada respondió que no, que tenía muchas molestias debido al embarazo y que no estaba para huéspedes. Aquello fue el principio del fin. Los desencuentros continuaron hasta desembocar en un muro de incomunicación.