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La sombra de Lady Di asoma en la boda de Harry y Meghan

La sombra de Lady Di planea con fuerza estos días sobre el mundo debido a la boda de su hijo Harry y Megan Markle. Ha sido deseo del príncipe que su madre esté presente en un día tan especial para él. Sin duda, quiere rendirle un sentido homenaje. Algo que no es muy del agrado de los Windsor, para quien Diana se convirtió en un auténtico quebradero de cabeza tras el divorcio con el heredero. Repasamos los momentos cumbre de Diana Spencer, la mujer que puso en jaque a la monarquía británica.

La sombra de Lady Di asoma en la boda de Harry y Meghan

La noche antes de la boda, Carlos de Inglaterra se asomó a una de las ventanas del palacio de Buckingham y las lágrimas corrieron por sus mejillas. Sabía que hacía lo que debía pero no lo que quería. Mientras tanto, Diana no podía dormir. Los nervios del enlace y una extraña premonición la tenían muy alterada. Hacía noches que la joven tenía la misma pesadilla. Era el día de la coronación pero la corona rodaba y no había forma de cogerla para depositarla en su cabeza.

La luna de miel fue un auténtico horror. Diana descubrió unos gemelos del príncipe con las iniciales CC que pensó eran regalo de Camila, y no se equivocaba. Aquello dio origen a una serie de peleas donde la joven novia desató su ira ante el servicio. Dicen que rompió objetos de su marido y le dijo de todo. Mientras tanto, el heredero permanecía impasible.

El comportamiento de Lady Di llegó a oídos de su familia política y eso hizo que fuera reprobada. En vez de aconsejar a Carlos que se centrara en la vida marital, optaron por tildar a Diana de chiflada. Principalmente crítica con ella fue su suegra, para quien la fidelidad no era más que un adorno. Educada en las viejas costumbres, lo que valora Isabel II es la lealtad. A partir de entonces, empezó a tejerse la leyenda negra de Diana y la palabra desequilibrada fue asociada a su persona hasta la muerte.