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miércoles, 15 mayo 2024

Impactante cambio de imagen: Kim Basinger, el mito erótico de los 80, cambia su rostro a golpe de bisturí

Es un trauma eso de envejecer. Lo admitimos. Pero para nosotros y también para el resto de la sociedad, ¿verdad? Lo que pasa es que en Hollywood se niegan a verse con arrugas, con manchitas en la piel, con pellejos colgando… Y el mejor ejemplo es el de Kim Basinger, el mito erótico por antonomasia de los años 80, quien ha reaparecido irreconocible tras sus excesos de entradas al quirófano por operaciones de estética. 

Kim Basinger

La que es protagonista de ‘Nueve semanas y media’ posó en el photocall del estreno en Los Ángeles de ‘Cincuenta sombras más oscuras’, de cuyo reparto forma parte, con un rostro completamente diferente: Cejas, pómulos, nariz y menos boca. ¡Un completo!

Impactante cambio de imagen: Kim Basinger, el mito erótico de los 80, cambia su rostro a golpe de bisturí

Con 63 años, Kim Basinger muestra una piel perfectamente estirada, con cero arrugas en la frente, sin papada o con labios más finos y perfilados. Además, la actriz tiene los pómulos más marcados a diferencia de otras apariciones públicas…

¡Vaya cambio radical el de la actriz americana! ¿Os gusta su nuevo rostro?

Un retoque por aquí, un poco de botox por allí. Unos kilos de más, otros de menos. Unas cuantas decenas de visitas a los quirófanos de medio mundo. Y luego dicen que lo suyo, todo, es natural. O se han puesto bien de torrijas y luego han corrido millones de maratones, o lo suyo tiene que ver con el arte de la liposución. Atentos a estos cambios. Algunos de ellos no eran feos, solo eran pobres. Ahora son irreconocibles

tamarantesydespues

Tamara Falcó ha provocado grandes titulares gracias a su cambio de físico. Espectacular el numero de kilos que ha cogido por, según cuenta, un problema de tiroides que ha acabado por cambiar su anatomía. De ser una chica escuálida, a tener dimensiones a las que nos tiene poco o nada acostumbrados.

jonathanaida

David Fernández dio vida, durante más de una década, a un joven conflictivo en la serie Aída. Su cambio físico es más que evidente. No tiene nada que ver el joven delgado, con aspecto de delincuente, con el que luce ahora, cultureta, con el pelo ensortijado y con gafas que le dan, más si cabe, un aspecto de empollón.

cristianoantesydespues

Cristiano Ronaldo es el claro ejemplo de que no era feo, sino pobre. El cambio es brutal. Dientes perfectos, piel brillante y pelo mucho más formado, con mayor grosor. Está claro que lo suyo ha sido a golpe de chequera. Pero el resultado no puede ser más satisfactorio. ¡Nos pone mucho!

taniaantesydespues

Tania Llasera era una figurita de porcelana cuando la conocimos por primera vez. Delgada, tez blanca y muy dicharachera. Las últimas dos facetas sigue conservándolas, aunque ahora luce con unos cuantos kilos de más. La presentadora dice que ha perdido físico pero ha ganado salud, porque ahora no fuma.

patakyantesyahora

Ella dice que no pero el cambio de Elsa Pataky no se debe a la ciencia infusa, sino al bisturí. Al menos es lo que aseguran las lenguas afiladas. Su sonrisa ha mejorado, pero también su rostro es mucho más angulado y su cuerpo mucho más esbelto. ¿Se deberá todo al yoga? Nosotros lo practicamos en la redacción pero no estamos así.

preyslerantesyahora

No, ella no se ha operado. Un día se levantó por la mañana y era otra mujer. Con otro nombre y otro rostro diferente, como cantaba Alejandro Sanz. Isabel Preysler es otra mujer. O estaba hinchada por ingerir demasiada sal, o ahora es el resultado de unos cuantos viajes al quirófano. Cuánta ingenuidad.

belen esteban de joven y ahora

El caso de Belén Esteban es desolador. La pobre cayó en el mundo de las drogas y su rostro sufrió las iras de su adicción. No tiene nada que ver la mujer de la primera foto con la de la última. Su vida, además, también dio un giro de 180º. Bisturí que te vi.

tomcruise

Ejem, ejem. No es el hermano gemelo de El Risitas, no. Él es Tom Cruise y sí, tenía los dientes para salir corriendo. Otro ejemplo más de que el dinero hace milagros. Menudo cambio de dentadura, de piel, de tamaño de nariz. En fin, ¡queremos ser ricos!