Tamara Falcó es protagonista, muy a su pesar, por un problema de salud. Así lo explica ella: “Empecé a ganar peso y no le di importancia. Me hice unos análisis y salió que la hormona T4 no la tenía bien”. No cabe duda que para una mujer como ella, impaciente por naturaleza, no está resultando fácil: “Lo quiero todo al momento y me está costando. El diagnóstico está siendo más difícil de lo que creía y, por otra parte, mi cuerpo no está reaccionando tan rápido como esperaba al tratamiento. Me cuesta aceptarlo”.
La hija del marqués de Griñón ha necesitado mentalizarse para afrontar esta nueva etapa donde su imagen ha cambiado: “Lo que he hecho es que en vez de centrarme en que mi cuerpo fuera el epicentro, centrarme en que mi cuerpo es una parte más de todo mi ser”. Tamara reconoce que “tenía una obsesión por la delgadez. Creía que solo existía un tipo de belleza. No es que ahora mismo yo sea bella pero es verdad que aún existo y que necesito seguir para adelante”.
La celebrity se siente muy apoyada por su hermano Enrique: “A él siempre le han gustado las chicas sanas. Entonces, ver que Enrique, y también mi hermano Julio, encuentran guapas a mujeres que no estén excesivamente delgadas, me ayuda a sentirme no tan acomplejada”.
Cuando se toca el tema del sobrepeso es inevitable hablar de la tiranía que impone el mundo de la moda: “La moda siempre sugiere que solo existen las mujeres de una determinada talla y que las que no entran en ella no son bellas ni femeninas. En mi caso, al ganar peso, me veo más femenina porque todo en mí está más pronunciado”, afirma Tamara.
A pesar del apoyo que está recibiendo en redes sociales, pues son muchas las mujeres que se identifican con ella por lo que está pasando, la hija de Isabel Preysler cuenta: “He recibido muchas críticas. Es verdad que tengo sobrepeso y no digo que eso sea lo correcto. Tampoco es que esté apostado por las gordibuenas ni nada por el estilo pero sí creo que una persona es algo más que su peso”.
