La cara de pocos amigos que doña Letizia Ortiz presentaba en la XII Legislatura de la apertura de las Cortes se convirtió en la protagonista principal de un acto institucional. Al margen quedaba que el rey Felipe VI la presidía por primera vez como Jefe de Estado y que, además, servía como apertura de las discretas agendas de la Princesa de Asturias y de su hermana, la Infanta Sofía. Nadie el gesto taciturno de la Reina que, eso sí, cumplió a la perfección con lo que se esperaba de ella. Tan solo sus hijas consiguieron, de forma tímida, suavizar su semblante con carantoñas propias de una madre entregada. Pero, ¿qué le ocurría? Por fin sabemos la verdad.
Y es que, de forma imprevista, Zarzuela ha decidido replantear el papel que desempeñará Letizia Ortiz como reina consorte. Sus funciones no tendrán nada que ver con las que ejercía, de forma ejemplar, la reina emérita durante su reinado y que Letizia siempre ha aplaudido enérgicamente en público y en privado.
¿Es su carácter el motivo de esta decisión?
Lo que es evidente es que doña Letizia tiene un carácter verdaderamente indomable que se escapa a cualquier obligación. No es la primera vez que la Reina muestra en público su profundo malestar. Alguna vez la hemos podido ver con evidentes signos de enfado con su marido y, otras, con el tiempo que tiene que invertir para sacar adelante el trabajo institucional. Tanto es así que los órganos y portavoces de Palacio han decidido que doña Letizia, que suele imponer su criterio, quede relegada a aquellos actos en los que su presencia supongan un activo innegable para estar «cerca de la gente», dejando las funciones constitucionales a su marido.
De este modo, Zarzuela ha encontrado un resquicio -muy elegante, eso sí- para dejar de lado a la Reina y enseñarle quién manda allí. Y su sitio será, a partir del próximo mes de enero, recuperar los proyectos de ayuda a países desfavorecidos bajo la supervisión de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. De este modo, doña Letizia podrá seguir con el «ejemplo impagable de la reina» y mantener su horario de lunes a viernes, puesto que los fines de semana son para estar en familia y descansar.
