comscore

Tras la polémica de las fotografías, Bigote Arrocet vuelve a los brazos de María Teresa Campos

Bigote Arrocet y María Teresa Campos son protagonistas en los medios por las fotografías que a él le han hecho junto a Gemma Serrano, una empresaria con la que se ha visto al humorista entrar en el apartamento que tiene en Madrid. La vivienda la adquirió Bigote tras la muerte de su esposa. Un año estuvo retirado del mundo para cuidar a Rocío. Tras su fallecimiento, se deshizo de la casa familiar y quiso empezar una nueva vida donde los viajes marcaron su brújula. Sin embargo, conoció a la presentadora y guardó la maleta para irse a vivir con ella.

Aunque se ha dicho que tras el escándalo de las fotos Bigote había puesto un océano de por medio para pasar una temporada en Chile, la realidad es que ha viajado a Canarias por temas de sus negocios. A este hombre, aunque jubilado, no le gusta estar quieto. Comprar y vender es su pasión, algo que pocos conocen. Regresará este sábado para cumplir en ¡QTTF! junto a María Teresa.

maria-teresa-campos-y-bigote-arrocet_960x540_3971ba12

¿Cómo está la relación entre Bigote y María Teresa? Es la pregunta que más se escucha estos días en las redacciones del país. En Cotilleo.es tenemos la respuesta: “Muy bien”. A pesar de la tormenta, el humorista y la presentadora siguen juntos y unidos ante el tsunami mediático. Ambos tienen claros sus sentimientos y no van a dejar que nada ni nadie arruine su historia de amor.

¿Saldrán más imágenes de Bigote junto a otras mujeres? ¿También habrán sido captadas en el apartamento que tiene en Madrid? Seguro que sí, pues el humorista conserva grandes amigas y amigos que, habitualmente, se acercan a la vivienda que tiene en el centro de la ciudad. Al humorista le entra la risa cuando le comentan que está hecho un don Juan. Tiene claro que va a seguir con su vida y que no va a recluirse a perpetuidad en casa de María Teresa. La verdad es que sale muy poco, solo cuando sus compromisos lo requieren. Sin embargo, no está dispuesto a enclaustrarse por temor a que puedan fotografiarlo o robarle imágenes. Faltaría más. A su edad bien puede disfrutar de su tiempo como más le apetezca sin temor al que dirán.