Conocer a Makoke es quererla. Lejos de la madrastra que algunos pintan, es puro azúcar. Si no te gusta, cuando termines la lectura de las diez razones que te damos para amarla, te encantará.
No pudimos por menos que aplaudir a Makoke cuando le plantó cara a Mila Ximénez. A sus pies nos pusimos al verla en plan guerrera enseñando los dientes a la fiera de Sálvame.
Nos fascina Makoke en su faceta de madre. Esa ternura y felicidad que exhala cuando está junto a sus hijos, Javier y Ana, invita a la ensoñación.
Solo con verla, entendemos porqué Brad Pitt la eligió a ella y no a Mar Saura. Guapa y con un cuerpo escultural, Makoke hace que todas las miradas se giren cuando pasa.
Hay que ser muy atrevida para cambiar el siempre favorecedor rubio por el castaño, y más cuando trabajas en televisión, pues los tonos claros endulzan el rostro y los más oscuros lo endurecen. Makoke es de las que arriesga en cuestión de belleza y nos encanta.
Incondicional, así describen a Makoke sus amigos. Siempre está ahí cuando la necesitas y es cero interesada. Solo por esto, le hemos jurado amor eterno.
Que Makoke hiciera oídos sordos a las pullas que le lanzaban Laura y Diego Matamoros demostró que lo que siente por su marido es pure love. Lo sabes. Lo sé.
El hecho de que Makoke siga conservando aquel espíritu luchador que la hizo abandonar Málaga en pos de sus sueños nos fascina. A pesar de lo fuertes que soplen los vientos, ella sigue siempre adelante con la sonrisa plantada en el rostro. Somos muy fans de esta guerrera de largos cabellos.
