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José Ortega Cano, harto: se querellará contra quien insinúe que daba mala vida a Rocío Jurado

José Ortega Cano se siente profundamente herido. Es consciente que, sobre él, se intenta alargar una sombra muy controvertida. Hay quien se ha empecinado en insinuar que, durante los últimos años de matrimonio, el torero dispensaba un trato injusto a Rocío Jurado. Dicen sin decir, aunque cada vez parecen más convencidos en advertir públicamente que ese, y no otro, es el motivo real del distanciamiento entre Rocío Carrasco y su padrastro. Hablan de episodios, de situaciones, de lugares y de testigos. Tiran a dar, aunque ninguno de los maledicentes es claro ni rotundo, dicen porque demostrar que Ortega dio mala vida a su mujer es imposible. Pura elucubración. Es como la falsa monea, que de mano en mano va y ninguna se la quea.

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Por eso, me advierten que José ya no aguanta más y no le temblará el pulso a la hora de entrar a matar. No lo hará en los ruedos, sino en los juzgados. El matador quiere proteger su honor y, en efecto, está dispuesto a llegar hasta el final, sobre todo porque su actual pareja, Ana María Aldón, le ha pedido que intervenga para que cese el escarnio. Cree que la situación mediática puede afectar negativamente en su hijo y, por supuesto, tanto ruido hace que su relación ensordezca, algo que no desea ninguna de las dos partes. Se querellará contra aquellos que alcen la voz para enturbiar su imagen pública.

Renglón aparte merece la visita que el pasado lunes José hizo a los juzgados de Lugo tras recibir la demanda de dos de sus trabajadores del negocio de hostelería que el torero tiene en Benidorm. Le reclaman el finiquito y el pago de las horas extras. Según ha podido saber Cotilleo.es, denunciantes y denunciado alcanzaron la conciliación y no se celebró la vista.

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Y, mientras todo esto sucede, Gloria Camila sigue haciendo frente común contra su hermana Rocío Carrasco. Explican que se desmidió en los privados de la discoteca Antique en los que habló, con quien le quiso preguntar, sobre los motivos por los que no se habla con ella. Aquello, me aseguran, más que una discoteca parecía un confesionario. Lo que me extraña es que no apareciera el Súper con las consignas para nominar. Todo se andará.