El machismo parece una enfermedad endémica de la que nuestra sociedad está aquejada. Todo indica que no tiene curación. El último en dar señales de estar aquejado por este virus es Donald Trump. A continuación, los comentarios más sexistas de los famosos.
El inefable Donald Trump ha vuelto a hacerlo. Y es que el candidato republicano ha vuelto a regalarnos una más de sus famosas salidas de tono. La última, de lo más machista. Y es que el empresario aparece en un vídeo fanfarroneando sobre las ventajas de ser rico y famoso para que las mujeres caigan a sus pies: «Cuando eres una estrella, te dejan hacer, puedes hacerles lo que quieras». El revuelo ha sido tal que destacados miembros del Partido Republicano quieren retirar su apoyo a Trump.
José Manuel Castelao Bragaño, siendo presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, hacía dos días que había sido nombrado, estaba en una reunión política donde los allí presentes, al consignar el acta del encuentro, vieron que faltaba un voto. Más ancho que largo, Castelao pronunció: “No pasa nada. ¿Hay nueve votos? Poned diez. Las leyes son como las mujeres, están para violarlas». Tamaña barbaridad hizo que las féminas allí presentes pusieran el grito en el cielo. No pasaron ni veinticuatro horas cuando fue cesado de su cargo.
En 2013, a Jesús Ferrera, que ocupaba el cargo de Secretario de Organización del PSOE en Huelva, no se le ocurrió otra que echar mano de un argumento de lo más sexista para criticar la gestión de la Ministra de Trabajo, Fátima Baños: “Debería dedicarse a otra cosa. Estaría mejor en su casa haciendo punto de cruz”.
El periodista Eduardo García Serrano estaba colaborando en el programa El gato al agua cuando se despachó a gusto contra Marina Geli, Consejera de Salud de la Generalitat de Catalunya. Entre otras cosas, la tildó de “Zorra repugnante”. “Puerca” y “Guarra”. El asunto llegó a los tribunales y García Serrano, junto con el grupo Intereconomía, fueron condenados a indemnizar a Marina Geli con 18.000 euros. Y ya rizando el rizo, la cadena pidió a la audiencia que colaboraran para pagar la multa.
Hillary Clinton sabe bien lo que conlleva ser una mujer inteligente y con proyección en un mundo de hombres machistas. Y es que la candidata demócrata que opta a convertirse en Presidenta de Estados Unidos, tuvo que escuchar como el periodista Rush Limbaugh, expresaba a propósito de su nominación en las presidenciales: “¿Acaso los americanos quieren ver envejecer a una mujer ante sus ojos?”.
Leire Pajín, en los días en que ocupaba el cargo de ministra de Sanidad, fue objeto de críticas feroces por ciertos sectores de la prensa española que empleaban todas sus armas para dinamitarla. Ocurrió a propósito de unas fotografías en las que Leire aparecía en bikini disfrutando de la playa. Entre otras cosas, le llegaron a decir que no era un buen ejemplo contra la obesidad.
El músico Gustavo Cordera, pronunció durante un taller privado al que asistían estudiantes de periodismo: “Hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo porque son histéricas y sienten culpa por no poder tener sexo libremente». Argentina quedó en shock al conocerse semejante barbaridad y una catarata de repulsa general se desató. Y para que algo así no volviera a repetirse, el fiscal federal Ramiro González actuó de oficio imputándolo por apología del crimen e incitación a la violencia colectiva.
El cantante Julión Álvarez tiene muy claro su ideal de mujer y así lo explicó a la revista TVNotas: “Estoy educado a la antigua. Me agrada que les guste agarrar un trapeador (mocho), porque puede estar hermosa y ser buena para lo que sea, pero si no tiene ese detalle, pues para mí no sirve”. En México, muchos y muchas se soliviantaron ante semejante declaración y a Julión no le quedó otra que salir a la palestra para arreglar el desaguisado, aunque mejor se hubiera quedado callado porque empeoró la situación.
Este fue su descargo: “Desgraciadamente, muchas cosas se toman mal. La pregunta fue: ¿Cómo te gustan las mujeres? Y sí, es cierto que me gustan que sean de casa, y más por mi trabajo. La realidad es que me gusta que me atiendan, que mi mujer sepa barrer, cocinar, limpiar y prepararme un caldito cuando estoy en casa”. Visto lo visto, más que una compañera, el mexicano debería contratar a alguien que le haga las tareas del hogar.
