La relación entre algunos de los miembros de la Casa Real y ciertos familiares es, cuanto menos, distante. Ayer día 17 de septiembre tuvo lugar el bautizo de Carlos, el hijo de María Zurita, quien llegó al mundo el pasado 28 de abril de manera prematura a los siete meses y medio de gestación. Un evento en el que, una vez más, quedó reflejada la brecha que existe en parte del entorno de la Familia Real, especialmente por parte de la reina Letizia.
El bautizo del pequeño Carlos se celebró ayer lunes por la tarde en la ermita del exclusivo Real Club Puerta de Hierro de Madrid, una finca de 200 hectáreas en la que la privacidad estuvo más que asegurada. Un acto en el que las ausencias por parte de los miembros de la Casa Real fueron numerosas.
La estrecha relación del rey Juan Carlos con María Zurita
La presencia del Rey Emérito fue uno de los focos de noticia. A pesar de que las apariciones públicas de don Juan Carlos son cada vez menos frecuentes, el monarca no quiso perderse el bautizo del primer hijo de su sobrina María Zurita, en el cual ejerció como padrino. Tal y como ha contado María Eugenia Yagüe en el programa ‘Buenos Días Madrid‘ de Telemadrid, a Juan Carlos le sentaron en un trono papal el cual se construyó para Juan Pablo II y que llegó por casualidad a la ermita en la que tuvo lugar el bautizo.
A pesar de que don Juan Carlos había regresado esa misma mañana de Estados Unidos, el Rey Emérito no faltó al bautizo de Carlitos. Pese a que gran parte de la Casa Real no aprueba, no concibe y no apoya la forma de entender la familia que tiene María Zurita, no todos juzgan que la prima de Felipe VI haya decidido ser madre soltera a través de fecundación in vitro y hay quienes ven más allá, como es el caso del rey Juan Carlos.
