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Presentadores de televisión de programas de éxito que han terminado confesando sus adicciones

Presentadores de televisión de programas de éxito que han terminado confesando sus adicciones

El mundo de la televisión trae consigo una serie de consecuencias a la vida de aquellos que deciden ponerse frente a las cámaras. En primer lugar, sus vidas quedan expuestas a merced de los telespectadores, el éxito o el fracaso solo depende de ellos. Además de tener que hacer frente a una fama inesperada y a grandes cantidades de dinero que generan de repente. Pasar del anonimato a ser uno de los rostros más conocidos de este país puede ser una tarea dura. Algunas personas no son capaces de sobreponerse a los grandes desafíos que se generan, caen en un abismo que les lleva a tocar fondo de un modo sobrecogedor.

En los últimos días hemos visto las declaraciones de Alonso Caparrós, un famoso presentador de televisión que se armó de valor para confesar sus adicciones. Una historia de luces y sombras que se genera alrededor de una fama inesperada. Caparrós no ha sido el único, existe una larga lista de presentadores de televisión adictos, pero sí el más reciente.






Alonso Caparrós

Presentadores de televisión de programas de éxito que han terminado confesando sus adicciones Alonso Caparrós ha conducido programas de éxito desde que empezó su carrera en la televisión. Su primera inclusión llegó de la mano de la mismísima María Teresa Campos que en 1991 le ofreció colaborar en su magazine Pasa la Vida. A partir de aquí su fama siguió creciendo de forma exponencial. Furor, la Isla de los famosos o menudas estrellas fueron otros de los platós que este presentador decidió convertir en su segundo hogar. Es una de las caras más conocidas de la pequeña pantalla que hace unos días realizó una confesión reveladora.

Caparrós reconoció abiertamente en Salvame Deluxe, no sin antes cobrar una más que suculenta cantidad de dinero, que había sido adicto a la cocaína durante 25 años. Datos que muestran la carrera de un adicto, según afirma cuando presentaba Furor, tenían que atarle las piernas en la silla. Un drama personal que supuso la explosión de un secreto a voces.