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Paz Padilla: de pedir comida a propietaria de un imperio

Paz Padilla se ha ganado el corazón de los espectadores después del triste fallecimiento de su marido, Juan Vidal. Mucha gente se ha interesado por conocer mejor a la persona que hay detrás del personaje. A pesar de ser muy reservada con su vida privada, Paz Padilla nunca ha escondido nada de su pasado. Hace un tiempo, declaró que los orígenes humildes de su familia le habían marcado su forma de entender el mundo. Al parecer, el padre de la presentadora murió muy joven, y su madre, doña Lola, tuvo que sacar adelante a los siete hijos. Pero atrás quedó la época en la que Paz tenía que ir a Cáritas a pedir comida. La humorista ha conseguido levantar ella sola un patrimonio millonario: casas, restaurantes, tiendas, ¡E incluso un hotel! ¿Quieres conocer como ha conseguido toda su fortuna? 

 

 

 

 

Una vida marcada por sus orígenes humildes 

Paz Padilla pidió en Cáritas > Paz Padilla siempre se ha mostrado muy hermética con su vida privada, pero nunca ha escondido cuales eran sus orígenes. “Durante muchos años, solo comíamos pan con manteca. He tenido que ir a Cáritas a pedir comida”, confesó en la revista lecturas. Su padre falleció demasiado joven y, doña Lola, la matriarca del clan, tuvo que sacar adelante a la familia ella sola. “Nunca he visto a mi madre triste, y creo que para una madre no tener nada que dar de comer a sus hijos es lo más duro que hay. Pero éramos felices”, confesó. En casa eran siete hermanos, y las circunstancias hizo que todos ellos viviesen con lo justo. De hecho, Paz contó una vez que no pudo comprarse unos zapatos hasta que el gobierno les dio una ayuda económica.  

“Mi padre era muy honrado, muy trabajado y muy buena persona”, dijo la presentadora al recordar su infancia. Contó como dos de sus hermanos estaban cerca de una iglesia y una señora se acercó para regalarles un abrigo, pues ninguno de ellos tenía con que pasar el invierno. “Había muchas veces que no teníamos regalos de reyes”, comentó. No obstante, siempre ha relatado estos capítulos con mucho orgullo y subrayando que siempre ha sido enormemente feliz. Esto no quita que la pobreza que ha vivido de pequeña le haya marcado su forma de entender el mundo. “Es como una hormiguita, nada derrochadora. Valora mucho el dinero, porque no lo ha tenido”, comentó una de sus íntimas amigas en la revista Lecturas.  

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