comscore

Los vecinos de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín se plantan y presentan sus quejas ante el ajetreo

La venta impuesta del Palacete de Pedralbes sigue siendo un misterio. Iñaki Urdangarín y Cristina de Borbón se vieron obligados a vender su residencia de uno de los barrios más residenciales de Barcelona en junio de 2015. Al parecer -porque la cifra real sigue sin conocerse- la pareja se embolsó cerca de siete millones de euros por la venta. Desde entonces, la lujosa vivienda es propiedad de Southbury Holding SARL, una sociedad radicada en Luxemburgo. Una empresa opaca que no permite saber quién está al frente.

inakicristinaweb
Iñaki Urdangarín y Cristina de Borbón se ríen, a mandíbula batiente, en un acto institucional

Pero lo que realmente preocupa a los antiguos vecinos de la hermana del rey Felipe VI, es que la casa sigue vacía. Y en obras. Una remodelación que parecen no tener fin. Una modificación de la estructura interior que no se comprende, pues sus anteriores propietarios acometieron una reforma total que les costó tres millones de euros. Los ruidos, la maquinaria, el continuo desdén de los obreros molesta a los vecinos de la calle Elisenda de Pinós quienes, según ha podido saber esta revista, ya han mostrado su enfado ante los organismos pertinentes. Las mismas fuentes advierten que las reformas que se están llevando a cabo responden a un interés en adecuar la vivienda para que en el interior haya una movilidad total.

pedralbes
Fotografía de archivo del Palacete de Pedralbes cuando se mudaron Cristina e Iñaki. Fotografía Gtres

¿Hasta cuándo estarán las obras?

El abogado Miguel Terrasa, representante de Southbury, explica que están realizando una profunda reforma de la casa. Se vació su interior y ahora se está reconstruyendo. Las obras empezaron a finales del año pasado y no concluirán hasta el próximo verano. «Todavía quedan siete u ocho meses», nos ha explicado. Además, Terrasa indica que se destinará a vivienda aunque no revela quién la ocupará ni quiénes son los dueños de Southbury Holding, lo que da cierta serenidad a los habitantes de la calle, que ya conviven con bastantes extraños y curiosos que se acercan a comprobar por sí mismos el inicio de la caída del matrimonio Urdangarín-Borbón.