Ania Iglesias se hizo conocida cuando decidió enrolarse en la primera edición de Gran Hermano. Por aquel entonces nada se sabía de esta guapa vallisoletana, de medidas de infarto, que consiguió llegar a la final del concurso por su innegable naturalidad y su afilado humor. Pasar del anonimato a la fama no fue fácil para ninguno de los participantes, quizás porque la presión de los medios fue evidentemente exagerada. Tras el final, se hicieron públicos los episodios desconocidos de su vida y fue entonces cuando Ania confesó, con total naturalidad, que había sufrido trastornos alimenticios importantes que, con el paso del tiempo, consiguió solucionar gracias a su tesón y al trabajo de los facultativos.
Quizás por eso se ha creado un gran revuelo con la última fotografía que ha compartido en las redes sociales. Sus seguidores están realmente preocupados porque, en la imagen, se aprecia la extrema delgadez de la modelo, algo que ha suscitado un sinfín de comentarios y que ha obligado a Ania a dar explicaciones: «Hace años sufrí mucho con la comida, pero hoy esta arreglado gracias a la sanidad de este país que me ayudó a salir de ese pozo. Los trastornos de la alimentación son algo más que un capricho de unas tías vacías que quieren estar delgadas, vamos a ver si empezamos a informarnos bien que hay estudios muy interesantes sobre una enfermedad, que padece mucha más gente de la que podemos imaginar, a mi no me ofende personalmente pues fue una experiencia muy dura pero que me llevo a ser mejor versión de mi, pero hay mucha gente estancada y por respeto a ellos deberíamos cuidar el lenguaje. Dejadme en paz después de compartir esta fotografía».
