Pocas horas después de conocer que Tamara Falcó está enamorada, y de poner cara y nombre al atractivo joven que ocupa el corazón de la socialité, Íñigo Onieva, hemos podido ver a Isabel Preysler disfrutando de una divertida noche de chicas. Ajena a la expectación que se ha creado con el nuevo amor de la futura Marquesa de Griñón, la «reina de corazones» compartió mesa y mantel en un conocido restaurante de la capital con varias amigas, respetando al máximo las medidas de distanciamiento social y volviendo a casa antes de las doce para cumplir con el ‘toque de queda’ impuesto en Madrid.
Sin la compañía de su inseparable Mario Vargas Llosa, con quien lleva cinco años de feliz relación – y demostrando que son una moderna pareja que respetan su espacio personal – Isabel disfrutó de la noche madrileña en un céntrico restaurante con algunas de sus amigas más cercanas, a las que a buen seguro puso al corriente del nuevo amor de Tamara, a quien por cierto la socialité ya ha tenido el gusto de conocer, demostrando que el noviazgo entre la socialité e Íñigo Onieva va más en serio de lo que pueda parecer.
Con la elegancia que le caracteriza, Isabel se convirtió una vez más en el centro de todas las miradas, al eligir para la ocasión pantalón beige recto, jersey con cuello de pico en color azul celeste y blazer en azul marino que combinó con cinturón marrón para resaltar su figura. Impecable una vez más, y una clara inspiración para disfrutar, con estilo, de una noche de chicas.
