La tertuliana no sabía dónde se estaba metiendo. Después de pedir unos cuantos favores, Chelo García-Cortés aterrizó en uno de los programas de más éxito de Telecinco tras una larga etapa en la cadena rival. Sálvame se había convertido en la cima de su carrera profesional, o eso creía ella. La periodista cayó de lleno en la boca de un lobo sediento de sangre. Esta es la historia de cómo, sin comerlo ni beberlo, dejó de ser una colaboradora prestigiosa para transformarse en el blanco de todas las burlas del programa.
Chelo, abandonada por sus amigas
> Sálvame era como un patio de colegio y Chelo era la chica nueva que debía ganarse su sitio. Por fortuna para ella, poco después llegaron algunos rostros familiares que la ayudaron a adaptarse. Gema López y María Patiño ya habían trabajado durante años con García-Cortés en DEC, por lo que entre ellas tres existía un estrecho vínculo de amistad. Sin embargo, las cosas no tardaron en tomar un rumbo muy diferente al que la tertuliana tenía en mente.
En lugar de hacer piña y apoyarse las unas en las otras, López y Patiño empezaron a distanciarse de Chelo a medida que pasaban más tiempo sentadas en su silla de Sálvame. Poco tardaron en olvidarse de que un día fue su amiga y los intereses profesionales se antepusieron a los valores personales. Ninguna de ellas se mordió la lengua a la hora de destapar los trapos sucios de García-Cortés siempre que fuera necesario para generar contenido. María y Gema no tuvieron reparos a la hora de traicionar a su amiga con tal de dar que hablar.
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