No hace mucho tiempo, Cotilleo.es desveló en exclusiva el nombre del hotel en el que Belén Esteban estaba pasando sus vacaciones en Tenerife. La princesa del pueblo escogió un resort de lujo para para disfrutar de unos días de relax junto a su familia. Sin embargo, parece que su comportamiento no está a la altura de la elegancia del recinto. Una vez más, este portal ha tenido acceso a unas informaciones exclusivas que no dejan en muy buen lugar a la de Paracuellos. Sigue leyendo para descubrir de qué se trata.
Belén Esteban se ha dejado caer por el archipiélago canario para disfrutar de unos días de ensueño junto a su marido y su hija, que ha llevado a su novio a estas vacaciones familiares. Cotilleo.es publicó en exclusiva que se han alojado en el Gran Meliá Palacio de Isora, un lujoso resort por el que la tertuliana está pagando unos trescientos euros por noche. El recinto está equipado con todo lujo de detalles, pero por lo que nos ha podido contar uno de nuestros confidentes, parece que la de Paracuellos y su familia no se están comportando como deberían.
Al parecer, la noche del 22 de agosto se decantaron por cenar en el restaurante japonés del complejo, un local prestigioso y sofisticado que requiere de cierta etiqueta. Además, la alta demanda propia de estas fechas obligan a llamar con antelación para reservar una mesa. Pero, ni cortos ni perezosos, Belén y toda su familia se presentaron ante el maître y exigieron un sitio sin haber avisado previamente. Toda una falta de respeto al resto de comensales que sí han acatado las normas del lugar.
El problema de estilismo
Belén se ha convertido en una influencer y suele actualizar sus rede sociales para mostrar sus modelitos y dar algunos consejos sobre moda. Quizás debería plantearse ayudar a su nuero a escoger el atuendo para una cena de postín, ya que el novio de Andreíta se presentó en el restaurante con ropa nada acorde a la situación. Según la fuente de Cotilleo.es, el joven se saltó el dress code del local y se presentó vistiendo pantalón y camiseta cortos, con una gorra cubriendo su cabeza. Al parecer, no pasó desapercibido ante una clientela selecta que se atavió con sus mejores galas para disfrutar de la velada.
