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El ultimátum de la reina Letizia a su sobrina Carla ha provocado un cisma familiar

La reina Letizia lo tiene claro, sus familiares no pueden tener protagonismo en los medios. Es algo que la saca de sus casillas. No quiere que nada ni nadie pueda enturbiar su status de reina consorte. Bastante tiene ya con lidiar con los frentes que tiene abiertos. El último hace referencia a la hija de su hermana Érika. Así ha sido el último enfrentamiento familiar.

La desgracia llega sin llamar

Reina Letizia

El nombre de Carla quedó en la memoria colectiva cuando su madre, Érika, acabó con su vida. Un asunto sobre el que todavía se ciernen muchas incógnitas. Y es que algunos de los que conocieron a la hermana menor de doña Letizia encuentran extraño que decidiera irse de este mundo por decisión propia. Más bien son partidarios de que, de forma totalmente inconsciente, se le fue la mano con las pastillas. En opinión de su primo, David Rocasolano, lo sucedido obedece a un patrón muy frío y que nada tiene que ver con Érika Ortiz. También quien fuera su biógrafa está en esta línea.

Cuando la desgracia azotó a los Ortiz-Rocasolano, doña Letizia estaba embarazada de seis meses de su segunda hija, Sofía. Ciertamente, se temió que lo sucedido afectara a su salud. De hecho, se desaconsejó su presencia en casa de su hermana. Sin embargo, nadie pudo detener a la reina. Se comprende, estaba muy unida a Érika. Desde siempre, la protegió y mimó. Un durísimo golpe para toda la familia, con el añadido de que algunos no pudieron dar el último adiós a la fallecida porque alguien impidió su presencia en la misa funeral.