Mucho ha cambiado la princesa del pueblo desde que se dio a conocer a raíz de su noviazgo con Jesulín de Ubrique. Y no solo por dentro, sino también fuera. El rostro de Belén Esteban ha sufrido diversas transformaciones a lo largo de los años, pero algunos no terminan de ver una clara mejoría en su aspecto físico. ¿Quieres conocer todos los detalles acerca de las intervenciones de la de Paracuellos? Sigue leyendo, te contamos todos los detalles.
La metamorfosis de Belén
> Muy poco se parece la cara de la de Paracuellos a la que vimos por vez primera a finales de los años noventa. En cuanto Belén empezó a cosechar algo de fama, invirtió lo que ahorró a base de exclusivas en mejorar una parte de su aspecto físico: el pecho. Así es, la Esteban se estrenó en un quirófano en 2001 y aumentó la talla de su sujetador en una 95. La tertuliana quedó tan contenta con el resultado que volvió a ponerse en manos de un cirujano plástico solo dos años después, en aquella ocasión para someterse a una liposucción de abdomen y a una lipoescultura que mejoró su figura.
Belén le cogió el gusto al bisturí y por su cara han pasado todo tipo de tratamientos: hilos tensores, blanqueamientos y carillas dentales, rejuvenecimientos, … Sin embargo, una de las intervenciones de la Esteban que más dio que hablar fue su fracasada rinoplastia. La de Paracuellos intentó mejorar su nariz en un par de ocasiones, pero no hay manera de enderezar su tabique. Según el cirujano, su trabajo no dio buen resultado porque la colaboradora de Sálvame no siguió a rajatabla las instrucciones del postoperatorio. Pero no es esta la única chapuza estética que trae de cabeza a la tertuliana.
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