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Caminante, los pies son lo importante para hacer camino

No existe mejor manera de hablar de pasos, pies y caminos que comenzar haciendo referencia al mundialmente conocido poema de Antonio Machado, “Caminante, no hay camino”. Y es que, cualquiera que haya escuchado o leído alguna vez la mencionada poesía sabrá cuanta verdad encierran sus versos.

Son muchos los pasos que cualquier persona da a lo largo de su vida, tantos, que cualquier adulto mayor habrá recorrido a lo largo de su vida el equivalente en pasos a dar la vuelta al mundo cuatro veces caminando. Y es que la vida es sin duda el más largo camino que se debe recorrer. Pero para ello es necesario prestar atención a lo importante, y lo importante en esto de hacer camino son los pies, que cuando se trata de pies planos o cavos pueden dificultar enormemente hacer el camino, aunque afortunadamente en la actualidad existen soluciones eficaces para solventar estos problemas, como por ejemplo el uso de plantillas para pies cavos.

Para aquellos que no estén muy puestos en temas podológicos cabe comentar que los pies cavos son aquellos que presentan una bóveda plantar con más altura de lo normal y en los que es común que los dedos se queden agarrotados o flexionados hacia dentro, disminuyendo de esta forma el tamaño del pie.

Contrariamente a lo que a priori muchos puedan pensar el pie cavo es frecuente entre la población general, aunque en sus formas más leves, motivo por el que muchos no le prestan la atención que realmente deberían y no acuden a especialistas en busca de plantillas para pies cavos que mejorarán su pisada y, por lo tanto, también su camino y su vida.

Y es que, a pesar de que en edades tempranas suele presentar muy pocas molestias, lo cierto es que a medida que trascurren los años las molestias aumentan, siendo las más típicas:

  • Tatalgia o dolor en el talón al apoyar.
  • Metatarsalgia o dolor en las almohadillas de la planta al apoyar.
  • Hiperqueratosis plantares o durezas dolorosas en las zonas de mayor apoyo.
  • Dedos en garra.

Pero, además de las anteriores son frecuentes también la aparición de tendinitis y lumbalgias frecuentes, así como la dificultad o el cansancio para permanecer de pie sin moverse e, incluso, para calzarse.

Así que, si lo que uno desea es poder hacer un largo camino sin preocupaciones ni molestias, lo mejor es ponerse en manos de especialistas.