A los pocos días de conocer a la nieta de Carmina Ordóñez, Cayetana, no podemos evitar sentir que la esencia de esta gran mujer vive a través de sus ojos. Carmina fue todo un símbolo de la alta sociedad española.
Una mujer que transmitió a sus hijos las ganas de vivir y de mostrar siempre una sonrisa. Repasamos hoy los inolvidables momentos que la Divina nos regaló a través de sus años.
Leyendas del toro
Carmen Ordóñez era hija de una de las grandes figuras de los toros, Antonio Ordóñez y de su esposa Carmen Dominguín, uno de los nombres más celebres de esta tradición. Su belleza y fuerza conquisto el mundo desde la primera mirada. Se trataba de una mujer de armas tomar, fuerte y decidida.
Uno de sus grandes amores fue Paquirrín con el que tuvo dos hijos, Cayetano y Fran Rivera. Ambos continuaron en el mundo del toreo detrás de la estela de sus familiares. Son hombres que se han caracterizado por tener en su sangre la valentía de sus padres. Carmina siempre fue un ejemplo a seguir.
Marraquesh
Carmina era una amante del lujo y de todo lo exótico. Tenía una forma de vestir y de cuidar su cuerpo peculiar. Le gustaba lucir siempre su melena al viento y su piel tostada. Había un rincón en el mundo en donde podía sentirse plenamente libre, Marraquesh, era su segunda ciudad, en donde pasaba largas temporadas.
Era una forma de evitar la prensa y de empezar de nuevo. Podía ser una persona anónima que disfrutaba de los mejores momentos junto a su familia. Una mujer que se cuidaba y relajaba en compañía de unos pocos. Solo los escogidos fueron los encargados de conocer a la auténtica Carmina.
Primos famosos
La familia Dominguín tiene entre sus nombres ilustres la saga de los Bosé. Miguel Bosé era su primo más querido, tenían una relación de compañerismo y de simpatía. Aunque parecían proceder de dos mundos muy distintos. Los Dominguín siempre han estado muy vinculados al mundo del arte,
Carmina disfrutaba de otro tipo de artes. No tuvo nunca la creatividad como una de sus cualidades especiales. Prefirió estar tranquila y vincularse al mundo de la noche y del espectáculo. Era el alma de cualquier fiesta, la sonrisa sin la cual no empezaba la diversión, una persona alegre y sincera.
Estudios de nivel
Carmina fue una mujer que se adelantó a su tiempo. Al contrario que muchas mujer de época, recibió una educación superior. De la mano de su adinerada familia se matriculo en el Liceo Francés. Hablaba esta lengua con una soltura nativa y leía a los grandes clásicos con devoción. Nada que ver con la imagen que teníamos de ella.
Tuvo una educación mucho más liberal y abierta que el resto de las mujeres de su generación. Pudo familiarizarse con los grandes movimientos filosóficos de la época. No existían los tabúes generados por la educación religiosa. Carmina fue una mujer con espíritu aventurero que no tuvo miedo de nada.
Una vida de exclusivas
La manera que tenía Carmina de ganarse el pan de cada día, fue un poco difícil de entender para su familia. Las exclusivas eran su fuente principal de ingresos. Vivir de vender su vida privada se convirtió en un negocio muy lucrativo. La separación de su marido y el posterior matrimonio de este con la Pantoja le dieron mucho juego.
Fue una forma de subsistir que le proporcionaba el estilo de vida que ella más quería. La plena libertad para hacer lo que le daba la gana. Carmina no estaba hecha para trabajar, prefería disfrutar de la vida. Parecía que fuera consciente de que no duraría mucho más que su eterna belleza.
Sus hijos y su vida
Los tres hijos de Carmina Ordoñez eran los hombres de su vida. Los dos mayores descendientes de Francisco Rivera Paquirri y el pequeño de Julián Contreras. Carmina fue una madre modelo que les inculcó el amor a la vida y a las personas. Lo más grande que tenía no era nada material, eran los suyos.
Estaba orgullosa de que su Fran se hubiera casado con una de las mujeres más importantes de este país. Cayetana y ella se llevaban a la perfección, solo algunos pequeños roces terminaron con una relación incompleta. El divorcio de su hijo no fue demasiado bien visto por la artista que sentía devoción por su nuera.
Nietas con su espíritu
El parecido de Tana su nieta mayor es más que vidente. Unos ojos oscuros y una larga melena son las dos características más especiales para esta mujer. Se trata de una belleza que solo la descendiente de los Dominguín y los Rivera puede tener. Si su abuela pudiera verla hoy en día se sentiría orgullosa.
Muchas más portadas nos ofrecerá esta nueva joven del panorama español. Tana tiene mucho que decir y su familia parece que la apoya en todo. Muchos retos le esperan a esta joven que enlaza dos de las principales familias de este país. Seguro que el espíritu de su abuela estará presente para acompañarla.