Isabel Pantoja cosecha, tras de sí, una innumerable cantidad de enemigos íntimos. Desde amigos suyos de toda la vida, periodistas, familiares e incluso compañeros de profesión. Hasta hace un par de años, Miguel Poveda engrosaba la lista de amigos de la tonadillera, pero pasó al lado de los que no soportan a la artista.
Mucho se ha especulado acerca de los motivos del distanciamiento entre los dos, pero hoy ha salido a luz toda la verdad sobre la enemistad de Miguel Poveda e Isabel Pantoja.
Una amistad irrompible
La relación que tenían Miguel Poveda e Isabel Pantoja era idílica. Llenos de grandes momentos de risas y de profesión, eran mucho más que compañeros de trabajo. Durante los peores años de Isabel Pantoja, Miguel siempre estuvo ahí dispuesto a ayudar a su amiga Isabel en todo lo que hiciera falta. Hasta el punto en el que, en multitud de ocasiones, le prestó dinero a la cantante. Y, de hecho, se comentó que aquellos préstamos fueron la causa del distanciamiento entre ambos, pero no es así.
Miguel ayudó a Isabel Pantoja porque así le salía del corazón. La quería como a una grandísima amiga, y cada ver que Pantoja llamaba a su puerta, la de Poveda se abría de par en par para ayudarla. De hecho, hasta 70.000 euros llegó a pedirle Isabel Pantoja a Poveda para poder solventar sus problemas con Hacienda y la falta de liquidez.
Las batas de la discordia
Cada vez que Isabel pedía ayuda a Miguel, él estaba ahí para hacer lo que hiciera falta. Desde actuar gratis en galas de la tonadillera, prestarle dinero o echarle un cable en cualquier sentido. Pero cuando Miguel le pidió un favor, Isabel le hizo un gesto muy feo. Poveda está coleccionando objetos de los artistas a los que venera. Y entre esa lista, se encontraba (porque ya no está presente) Isabel Pantoja.
Para su colección le pidió si le podía dar una bata de cola que le fascinaba al cantante. Así, podía tener un objeto personal de la Pantoja dentro de su colección. Isabel le contestó que sin problemas, y le remitió por correo no una, sino dos batas. Pero, entre ellas, no estaba la que a Miguel le interesaba en realidad. Ante esto, pretendió quedarse con alguna de ellas, pero Isabel le dijo que no eran un regalo, sino que debía de pagarle 15.000 euros por bata para comprárselas. Miguel no podía dar crédito, pero lo peor estaba aun por llegar.
El insulto de la ruptura
A los días, el contacto entre los dos se repitió. Isabel insistía en que debía de pagarle aquellos 15.000 euros por las batas (todo esto después de que Miguel le hubiera prestado ya 70.000 euros que no han regresado a su bolsillo). Si quería una bata, tenía que pagarla. Pero el problema no era solo el mensaje que le decía Isabel a Miguel, sino los modos en el que se lo comunicó. Tal y como informa Paloma García Pelayo en ‘Look’, la petición de Isabel terminó de una manera muy desafortunada.
Y es que le espetó un insulto, de carácter homófobo, al final de la frase de la petición de compra de las batas. Todo esto, además, delante de la presencia de la madre de Miguel. Algo que le dolió mucho y que Miguel ha sido incapaz de perdonar a la que era su amiga del alma. Hasta tal punto llegó la decepción de Miguel, que este volvió a envolver las batas de cola de Isabel y se las remitió de nuevo, sin cheque y sin posibilidad de compra. Una colección que no se quedaría incompleta, porque Isabel Pantoja ya no formaba parte del grupo de artistas a las que veneraba Miguel Poveda.
Isabel Pantoja intentó sacarle aun más a Miguel
Y es que, Pantoja, a pesar de haberle reclamado 15.000 euros por bata, días antes de que le espetara el insulto que acabó con la relación, le volvió a pedir dinero a Miguel. De hecho, acordaron que el flamenco se acercara a la madrileña estación de Atocha para recogerla del AVE. Y, cuando Isabel llegó, la prensa estaba esperándola, pero nadie más.
Miguel no aparecía, ni su dinero. Isabel se quedó tirada en la estación de Madrid, esperando que apareciera su amigo. Pero Isabel lo que no sabía era lo mucho que le había dolido a su examigo su feo gesto hacia él. Harto ya, Miguel no quiso volver a saber de Isabel, pero ella tampoco intentó solucionar las cosas con él, entrando así en el selecto club de los enemigos de Isabel Pantoja.