El asunto de las grabaciones de Corinna no deja de arrojar titulares. Aunque desde el punto de vista oficial no parece que se vayan a tomar medidas al respecto, la cuestión dinamita la imagen de la primera familia del país. Y más tras conocerse que la reina Letizia ha sido grabada hablando de temas muy comprometidos para la monarquía.
La punta del iceberg

La aparición de las cintas donde se escucha a Corinna acusando de supuestos delitos gravísimos al rey emérito puede ser solo la punta del iceberg. Y es que cada día aparecen nuevas revelaciones que apuntan directamente contra otros inquilinos de Zarzuela. El asunto ha provocado una crisis que los funcionarios de palacio miran de frenar.
De momento, no está previsto que se tome medida alguna contra don Juan Carlos. Las peticiones presentadas al respecto han caído en saco roto. Por más que se ha solicitado una comparecencia para que el rey emérito de explicaciones sobre los negocios “opacos” que le atribuye Corinna, quienes mandan en la cuestión han dicho “no”.
La amiguísima se suelta la lengua

La amante de Corinna fue grabada hace unos años durante una reunión mantenida en Londres con el ex comisario Villarejo y Juan Villalonga, empresario amiguísimo de Aznar. En la reunión, celebrada en Londres, la amiguísima se despachó gusto apuntando directamente a don Juan Carlos.
En el material que han publicado El Español y OkDiario, Corinna asegura que el rey emérito no la amaba profundamente por ser ella quien era, sino por su residencia en Mónaco. Asegura que don Juan Carlos la utilizaba como testaferro poniendo propiedades a su nombre.
De testaferros y cuentas en Suiza

Corinna se presenta a sí misma como la víctima de un hombre cuya voracidad le lleva a cometer ilegalidades. Además de las propiedades, la alemana fue depositaria de dinero que le entregó el rey emérito para que lo depositara en cuentas en Suiza. Sobre este punto, Corinna expresa que su majestad utilizaba también a un primo segundo como testaferro y gestor económico. La amiga de don Juan Carlos habla de que su antiguo camarada se acogió a la amnistía fiscal.
Según Corinna, lo suyo con don Juan Carlos no duró tanto como cuentan. Él le confesó que tenía novia, llevaba con ella tres años, y ahí quedaron como amigos. Sin embargo, cuando enfermó, le pidió que regresara a su lado porque estaba realmente asustado del alcance de su dolencia.
Corinna teme por su integridad

El gran problema de Corinna es que don Juan Carlos quiere que le devuelva el dinero que puso en sus manos y ella afirma que no puede hacerlo porque eso constituiría un delito de blanqueo. Se muestra horrorizada ante semejante petición y afirma que vive atemorizada desde entonces.
También se habla de una importante documentación que el rey emérito le habría entregado a su amiga y que sería de alto voltaje. Corinna afirma que ha recibido amenazas contra su integridad y la de sus hijos. Expresa estar asustada ante el riesgo que corre y pide que la dejen tranquila.
Veranus horribilis

Tras hacerse públicas las grabaciones de Corinna, en Zarzuela guardan silencio. Han escogido no hacer comunicados al respecto y don Felipe y doña Letizia siguen con su agenda. El pasado domingo, don Juan Carlos estuvo en Sanxenxo y saludó a los periodistas mientras circulaba en coche. De momento, doña Sofía no ha sido captada.
De puertas para adentro, poco o nada se sabe sobre la postura familiar alrededor del rey emérito. La incógnita se despejará dentro de unos días, cuando dé el pistoletazo de salida el verano real. Estaba previsto que la familia al completo apareciera en Palma para dar una imagen de unidad. Es posible que esto suceda pero bajo un tsunami de críticas.
Las amistades peligrosas de Letizia

El ex comisario Villarejo quiere, a toda costa, salir de prisión. Esta circunstancia deja claro que la aparición de las grabaciones de Corinna no es casual. Pues bien, Villarejo no ceja en su empeño de recobrar la libertad y ya prepara su próximo ataque. ¿Su víctima? La reina Letizia. Sin duda, arde Zarzuela.
Villarejo tiene en su poder unas grabaciones muy comprometidas donde doña Letizia habla a pierna suelta con Javier López Madrid. Como se recordará, Javier ha sido imputado en diversos casos de corrupción. Cuando aparecieron las primeras acusaciones, la reina le envió un mensaje de apoyo.
Mensajes comprometidos

El mensaje que dejó al descubierto a doña Letizia rezaba así: “Te escribí cuando salió el artículo de lo de las tarjetas en la mierda de LOC y ya sabes lo que pienso Javier. Sabemos quién eres, sabes quiénes somos. Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde. Un beso compi yogui (miss you!!!)”. Por su parte, Javier López Madrid contestó así a la soberana: «Os lo agradezco mucho. En el futuro extremaré el cuidado, vivimos en un país muy difícil y seré aún más consciente de mi conducta».
Don Felipe también entró en escena en esta conversación a tres para expresar lo siguiente: “Me uno al chat, pero prefiero tener un rato para charlar sin intermediación electrónica ni telefónica. Comemos mañana? Abrazo». López Madrid emplazó a los reyes para más adelante debido a que tenía que viajar.
Arde Zarzuela

La camaradería entre don Felipe y doña Letizia con Javier López Madrid era mucha. Compartían clases de yoga, de ahí lo de compi yogui, cenas, comidas y ratos de ocio. Sin duda, momentos donde los reyes se mostraban tal cual son. Nada que ver con el protocolo que acostumbran a guardar por el cargo que representan. Javier supo ganarse su confianza.
Especialmente estrecha era la amista de López Madrid y doña Letizia, de otro modo no se entiende ese mensaje de apoyo con la sombra de la corrupción encima. Hay que recordar que a su primo, David Rocasolano, vivió una circunstancia similar y la reina lo apartó de su lado sin miramientos. Todo indica que doña Letizia se habría expresado con su amigo sobre temas muy delicados y que, de hacerse públicos, serían muy perjudiciales para la monarquía. Fuentes policiales han confirmado a Informalia que las grabaciones existen. Así las cosas, tenemos veranus horribilis para rato.
Poco imaginaron Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz que su hija Letizia estaba destinada a escribir una página en la historia de España. La periodista asistió a una cena y allí conoció al hombre que cambiaría su destino. Dicen que para don Felipe fue un flechazo. Ella se mostró cauta, por ser vos quien sois. A sus cuarenta y cinco años, la reina Letizia nada tiene que ver con aquella chica que amaba el periodismo. De ser una joven de clase media, ha entrado en el universo de los millonarios. Te contamos en cuánto está cifrada su impresionante fortuna.
Fin de una época

La Casa Real necesitaba aires nuevos cuando el príncipe se ennovió con Letizia. El pacto de silencio que suscribieron los medios más importantes del país empezaba a ser papel mojado. Don Juan Carlos, acostumbrado a que nada de lo suyo trascendiera, temblaba ante lo que se le venía encima. Mientras tanto, doña Sofía se centraba en sus hijos.
Don Felipe sabía del problema que representaban algunos aspectos de la vida de su novia. De ahí que pusiera en marcha la Operación Silenzio. Se trataba de que nada trascendiera sobre su relación con Letizia Ortiz. Si lo suyo con Eva Sannum había causado un tsunami en los medios, sabía que con la periodista se repetiría corregido y aumentado.
Matrimonio por amor

Cuando el príncipe y Eva Sannum lo dejaron, él afirmó estar roto. Sin embargo, escuchó los consejos que le hicieron llegar y renunció a la noruega. Eso dejó en él un pozo de malestar que le hizo prometerse que algo así jamás volvería a ocurrir. Nunca sabremos si los sentimientos de don Felipe hacia Letizia fueron más fuertes que los que tuvo hacía Eva. Lo que sí está claro es que no iba a dejar pasar el tren del amor otra vez.
Don Felipe para nada quería un matrimonio como el de sus padres. Eso de casarse con quien debía era algo que tenía descartado. Buscaba una compañera de vida para compartir todo. Por tanto, el ejemplo de su padre no era un modelo a seguir. De hecho, el rey ha sido una de las personas que más ha apoyado y consolado a doña Sofía en los momentos en que don Juan Carlos no ha sido un marido ejemplar.
El pulso del príncipe al rey

Tal como era de esperar, don Juan Carlos se opuso a la elección sentimental de su hijo. Le dijo que Letizia no era la indicada. Sin embargo, don Felipe estaba ya decidido y echó un pulso a la corona. Amenazó con renunciar a sus derechos sucesorios si no aceptan a su novia. Mientras el padre analizaba la situación, el hijo desapareció.
En Zarzuela no sabían dónde estaba el heredero. Mientras tanto, el protagonista disfrutaba de unos días de amor con Letizia en Nueva York. El rey creyó que su hijo cedería. Se dio cuenta de que no era así cuando dio la espantá en la fiesta del 12 de octubre. Ahí don Juan Carlos vio que Felipe no iba a dar el brazo a torcer y lo dio él.
Letizia se libera

Los primeros años de doña Letizia como princesa fueron muy difíciles. No acababa de encontrar su lugar. Perfeccionista en extremo, quería desempeñar su nuevo papel sin errores. Mientras tanto, algunos observaban esperando que tuviera un traspiés. Parecía que la familia Borbón estaba unida pero no era así.
La abdicación de don Juan Carlos abrió un nuevo capítulo. Para entonces, doña Letizia ya había adquirido más seguridad y sabía que, a partir de ese momento, ella y su marido tenían el mando. Consiguió liberarse de la pesada mochila que llevaba a cuestas y nació una nueva mujer. Había llegado el momento de reinar. Y sí, ella estaba preparada para hacerlo, por supuesto, como consorte.
De la opacidad a la transparencia

La vida cambió para la familia real cuando don Felipe llegó al trono. Se acabó la opacidad y la Casa Real abrió las ventanas a la transparencia. Si los españoles poco o nada sabían del manejo que don Juan Carlos hacía del dinero que recibía de los presupuestos generales, ahora todo era diferente.
Para evitar que se repitiera el escándalo provocado por el Caso Noos, el rey firmó un decreto que recogía que ningún miembro de su familia podía trabajar en el sector privado. Fueron las consecuencias del mal hacer de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. Las últimas informaciones aseguran que el rey emérito estaba al tanto de lo que se cocía en el Instituto que su yerno fundó con su socio.
Cambios drásticos en Casa Real

Don Felipe despojó a Cristina e Iñaki del título de duques de Palma. En su ánimo estuvo que su hermana renunciara al título de infanta. Sin embargo, se negó en rotundo. Nació hija de reyes y así quería seguir hasta su muerte. Noos afectó a la infanta Elena, se la apartó de las tareas de representación de la monarquía por si acaso.
El tiempo ha demostrado que Elena no había tenido nada que ver en los chanchullos de su hermana y su cuñado y de ahí que haya sido rehabilitada. Lleva ya varios actos a sus espaldas y parece que así va a seguir. Una pena que no se entienda con doña Letizia. Cuando están juntas, ni se miran, ni se hablan. Cosas de casa.
La ley del silencio

A sus cuarenta y cinco años, doña Letizia pisa fuerte. Ya nada queda de la periodista que se enamoró de don Felipe. Ha aprendido que los reyes siempre están solos porque no pueden fiarse de nadie. La pareja está muy unida. Son ellos y sus hijas, Leonor y Sofía. Es cierto que la reina mantiene contacto con un grupo de amigas pero es improbable que con ellas hable de asuntos relativos a la monarquía.
En cierta ocasión se comentó que las infantas Leonor y Sofía no podían comentar con sus compañeros de clase nada de lo relativo a lo que ocurría en su casa. Se antoja difícil dominar a unas niñas en este sentido, y más con lo que tienden a comunicarse a estas edades. Sin embargo, crecen con esta premisa.
La impresionante fortuna de Letizia

Los cambios físicos de doña Letizia han causado aplausos y rechazo. Mientras unos consideran que es lícito mejorar, otros deploran su devoción por las medicina estética. Su prominente apéndice nasal dio paso a otro más pequeño y acorde con sus facciones. Su rostro no luce igual desde que le aplican esos cocktails de vitaminas. Lo que antes era una piel apagada, hoy está hidratada y luminosa. El botox frena sus arrugas. Sin duda, está estupenda.
Pero no solo ha cambiado a nivel físico, también económico. Y es que según un medio británico, en 2014 la reina Letizia había amasado una fortuna de ocho millones de euros. El mismo medio aseguraba que don Felipe tenía dieciséis millones de euros. Sin duda, cantidades nada despreciables y que explicarían algunos caprichos que la pareja se ha dado.
Las vacaciones reales de lujo

La política de austeridad impuesta por don Felipe contrasta con el gasto que hicieron en 2016. El rey, la reina y sus hijas disfrutaron en ese verano, concretamente del 13 al 20 de agosto, de un velero de lujo cuyo alquiler semanal es de 32.000 euros. La familia recorrió la costa croata con la intimidad que le gusta a la reina Letizia.
El tema de las vacaciones privadas, que para doña Letizia son sagradas, es motivo de fuertes críticas. Algo le pasa a la reina con Mallorca que no es capaz de pasar cinco días seguidos en la isla. Y cuando está allí, apenas se deja ver. Si hace unas semanas se daba por seguro que los reyes, sus hijas, los reyes eméritos y las infantas, Elena y Cristina se dejarían ver por Palma en agosto, ahora todo está en el aire tras las polémicas grabaciones publicadas donde Corinna ha denunciado graves irregularidades de don Juan Carlos en relación a su gestión patrimonial y económica.