Las aguas bajan muy revueltas en Palacio. Las espadas están más en alto que nunca y no hay reconciliación posible entre doña Letizia y doña Sofía. La primera tiene claro que la princesa Leonor y la infanta Sofía están mejor con su familia. Así las cosas, la reina emérita queda, nuevamente, desplazada del papel de abuela que tanto le gusta ejercer. Te lo contamos todo a continuación.
La venganza se sirve en plato frío
La monarquía en España está muy tocada tras los últimos escándalos sucedidos. Iñaki Urdangarín hizo que la palabra corrupción sobrevolara la regia institución. Ha sido don Juan Carlos quien ha acabado de rematar lo empezado por su yerno vía Corinna, cuyas palabras enlatadas han enviado al rey emérito a galeras. Don Juan Carlos se queda fuera de la foto. Seguirá formando parte de la familia pero no tendrá arte ni parte en los actos institucionales.
Quienes conocen a don Juan Carlos aseguran que está en horas bajas. Siempre se creyó a salvo de la quema y, para nada, pensó que esto pudiera ocurrir. Sin embargo, Corinna ha conseguido vengarse. La mujer de quien el rey emérito estuvo tan enamorado como para pensar en separarse y hasta abdicar, le ha dado la puntilla. Cierto es que la venganza se sirve en plato frío.
El paripé de los reyes eméritos
Doña Sofía también atraviesa una época horrible. Durante todos estos años, la reina ha mostrado la mejor de sus sonrisas mientras intentaba aguantar el tipo. Se hablaba de las aventuras de don Juan Carlos pero no abiertamente. Sin embargo, el testimonio de Corinna la ha dejado completamente vendida. Ya no podrá explicar que en los viajes que realiza con su marido lo pasan muy bien. Ahora todo el mundo sabe que su relación es, únicamente, de cara a la galería.
A tanto llegaba el distanciamiento que cuando el rey convalecía de alguna operación, doña Sofía, en los últimos años, iba al hospital pero no entraba en su habitación, se quedaba en otra estancia dispuesta para ella, y allí pasaba el rato pertinente. Después, salía y explicaba a los medios que don Juan Carlos estaba muy animado y con ganas de levantarse cuando la realidad era que ni se habían visto.
Don Felipe, el mediador entre Sofía y Letizia
La relación de doña Sofía con don Felipe es excelente. El rey ha sido el paño de lágrimas de su madre durante las crisis con don Juan Carlos. Ha sido en esos momentos cuando más cerca ha estado su hijo de ella dando consuelo a su desconsuelo. En este sentido, don Felipe y don Juan Carlos son diametralmente opuestos. El primero es sensible y nada dado a las aventuras extramatrimoniales. En cuanto al segundo, ya está todo dicho.
Lo cierto es que don Felipe está muy preocupado por la no relación de la reina Letizia y doña Sofía. Ha intentado que ambas partes limen asperezas pero ha fracasado estrepitosamente. En algún punto del camino real ambas mujeres se separaron, y así siguen. La entente de doña Letizia con otros miembros de la familia de su marido también brilla por su ausencia.
No hay lugar para Sofía junto a sus nietas
Si hay un papel que doña Sofía disfruta ejerciendo es el de abuela. Siempre le han encantado los niños. De hecho, en sus tiempos estudió lo que posteriormente dio en llamarse puericultura. Pues bien, en relación a Leonor y Sofía, la reina emérita se ha quejado en más de una ocasión de lo poco que ve a las niñas. Y eso que viven cerca, pero según expresa la soberana en privado, su nuera no favorece el contacto.
El asunto no es como para tomarlo a broma porque doña Sofía lo pasa muy mal al contemplar que Paloma Rocasolano sí puede ejercer de abuela. La madre de la reina se ocupa de Leonor y Sofía varias tardes a la semana y se queda con ellas cuando los reyes tienen que viajar. Mientras Paloma se ha convertido en una de las personas con más presencia en el universo de sus nietas, doña Sofía no ha corrido la misma suerte.
Las formas reprobables de una reina
Que doña Letizia no se lleva bien con su suegra quedó patente durante la celebración de la última misa de Pascua en Palma. Doña Sofía quiso fotografiarse con Leonor y Sofía y su nuera lo impidió de una forma bastante reprobable. El tema traspasó fronteras y muchos compadecieron a la reina emérita por la nuera que le había tocado en suerte. La temperatura fue en aumento y en Zarzuela no les quedó más remedio que mover ficha.
Lo sucedido en Palma hizo que doña Letizia perdiera el rédito que había ganado como reina en los últimos tiempos. Se reconocía su labor institucional cuando tuvo esa metedura de pata. En palacio decidieron que abuela y nietas aparecieran cogidas de la mano. Se las volvió a ver juntas durante los días de agosto que han pasado en Marivent.
En Marivent, cada uno por su lado
Tras el regreso de Leonor y Sofía del campamento de verano en Estados Unidos donde pasaron gran parte del mes de julio, ellas y su madre se desplazaron a Asturias para estar unos días con Menchu Álvarez del Valle, la abuela paterna de la reina. Ciertamente, la soberana siente un afecto especial hacia Menchu y así lo muestra siempre en público. La exclusiva del desplazamiento de la reina y sus hijas a Asturias corre a cargo de los compañeros de Informalia.
Y mientras siempre hay lugar para su madre y su abuela, doña Sofía otra vez se queda fuera. Con sus nietas ha estado durante una semana en Palma y no ha vuelto a verlas. En esos siete días, las ha disfrutado en público porque en privado no se ha relacionado con ellas. Los reyes, la infanta Elena y doña Sofía se han alojado en Marivent pero cada uno por su lado.