Sálvame no descansa y las guerras entre sus colaboradores tampoco. Cada tarde salen a la luz sus desencuentros y ahora no será menos. Uno de los últimos colaboradores en incorporarse lleva semanas disfrutando de un privilegio único, lo que ha provocado la envidia del resto. Sigue leyendo para saber de quién se trata y a qué nos referimos.
Kiko Hernández provoca celos en sus compañeros
> El madrileño es uno de los colaboradores que más tiempo pasa en el plató de Sálvame. No es de extrañar, entonces, que goce de mayor popularidad que algunos de sus compañeros y que la audiencia se fije más en él. Es por esto que algunos espectadores han caído en la cuenta de que Kiko ha sido hasta hace unos meses el único que lleva pinganillo, esa discreta herramienta que se coloca en la oreja para mantener contacto directo con el director del programa y que, normalmente, se reserva a los presentadores.
Este supuesto favoritismo despertó el resquemor de algunos compañeros, como Gema López y Lydia Lozano, que en más de una ocasión espetaron con tirantez a Kiko: “Claro, es que tú llevas pinganillo”. Pero Hernández no es, ni mucho menos, el único. Ahora, otro colaborador cuenta con ese privilegio, y nadie se esperaba que fuese nada más y nada menos que Miguel Frigenti. Sigue leyendo para saber más.
Siguiente: Miguel Frigenti, ‘ascendido’ por la cúpula
Miguel Frigenti provoca el terror en Sálvame
> Miguel Frigenti ha sido el último colaborador del cortijo vespertino de Telecinco en tener pinganillo. Eso implica una mayor responsabilidad y también una gran confianza por parte de los directores. Aunque han pasado unas semanas desde que el de Talavera de la Reina se lo puso por primera vez, no ha sido hasta la pasada semana cuando muchos usuarios de las redes sociales se han percatado de ello, tal y como vemos en la imagen.
Esto no ha gustado mucho a parte de la audiencia, y tampoco a sus compañeros de Sálvame, quienes no entienden por qué le otorgan a él con ese cargo cuando lleva tan solo unos meses trabajando como colaborador del programa. ¿Queréis saber el motivo de que unos colaboradores lleven pinganillo y otros no? En la siguiente página te lo contamos.
El motivo de que algunos lleven el pinganillo
> Kiko Hernández es uno de los colaboradores del programa que más juego dan. El madrileño no se muerde la lengua y suelta por su boca todo tipo de comentarios que, en más de una ocasión, han incendiado el plató de Sálvame. Además, su agenda de contactos le permite hacerse con las informaciones más candentes del momento, razón más que suficiente para que la cúpula le confíe ese ansiado pinganillo que todos los tertulianos parece anhelar. Cotilleo.es se ha puesto en contacto con una persona que formó parte del equipo del magacín vespertino, y nos ha confirmado qué tipo de indicaciones recibe Kiko Hernández a través de esta máquina.
“Le dicen que meta caña, que vaya a saco a por el personaje de turno. Normalmente, el blanco suele ser Lydia Lozano. Cuando se mete con ella, la mayoría de las veces es porque se lo dicen por el pinganillo, para dar juego”, señala la fuente de Cotilleo.es. Entre otras, esta sería la razón principal por la que Kiko Hernández cuenta con esta ‘ayudita extra’ en sus intervenciones, pero lo cierto es que no es el único colaborador al que le soplan cosas al oído. De seguro que te sorprenderá conocer el nombre del otro tertuliano que recibe órdenes directas en su oreja. Sigue leyendo para descubrir de quién se trata.
Siguiente: El otro colaborador que lleva pinganillo
Rafa Mora, ¿el ‘enchufado’?
> Resulta sorprendente que uno de los tertulianos que menos tiempo lleva en Sálvame haya sido elegido por la dirección del programa para ‘condecorarlo’ con el preciado pinganillo. Se trata de Rafa Mora, que también se ha posicionado como uno de los azotes de los famosos del magacín vespertino de Telecinco. Es por ello que las altas esferas decidieron seguir con él la misma mecánica que con Kiko Hernández y, de vez en cuando, se le pide que sea más duro de lo habitual en sus intervenciones.
Mientras, los demás colaboradores han de sacarse las castañas del fuego por su cuenta y encontrar por sí mismos contenido suficiente para hablar durante cuatro horas de programa. Una diferencia que ha despertado algunos recelos y que de seguro seguirá trayendo mucha cola.