Ana Rosa Quintana ha vuelto al trabajo al frente de El programa de Ana Rosa. Y lo ha hecho abordando uno de los temas más candentes de la actualidad y que afecta directamente a su marido. La detención de Juan Muñoz, acusado de haber participado en un chantaje contra un juez de Marbella que actuaba como abogado de uno de los acusados. A pesar de que solo dos días después de la detención de Muñoz y de su hermano, el marido de Ana Rosa fue puesto en libertad con cargos pero sin medidas cautelares, se esperaba la explicación de la presentadora.
De repente, sin previo aviso, Ana Rosa pidió unos minutos de su tiempo para aclarar lo sucedido durante este verano. Seria, como se ha mantenido durante toda la mañana, visiblemente nerviosa y algo emocionada, se ha dirigido a los espectadores con el siguiente discurso: «Yo siempre doy la cara. Este verano ha habido un tema de máxima candencia que ha salido en agosto y que fue la detención de mi marido. Está claro que no he vivido momentos de incertidumbre. Cuando mi marido llegó a casa sin ninguna medida cautelar, para mí fue un mensaje tranquilizador (…) Está claro que este no ha sido el mejor verano de mi vida, pero tampoco el peor. Hace cuatro años, en julio, falleció mi madre», dijo Ana Rosa.
Se hablará pero en su debido momento
La periodista quiso aclarar el motivo por el que, en su programa, no se ha hablado acerca de esta sorprendente información: «Confiamos -y yo confío en ellos- pero yo no soy la persona más adecuada para informar de un tema que afecta a mi familia. No soy capaz de informar de una manera objetiva. Dar las gracias por todos los mensajes de apoyo recibidos este verano, a mis compañeros de profesión, a esta cadena, porque me he sentido muy arropada».
Sobre la situación de su marido, Quintana ha sido muy clara: «Lo que yo sé es que un hermano de Juan y otra persona tenía un problema con Hacienda y que él y su familia intentaron ayudar. Las cosas se van solucionando. Mi marido está colaborando con la justicia para que el sumario pueda cerrarse pronto», acabó confesando sin que sus compañeros pudieran hacerle ninguna pregunta al respecto.
