Antonia Muñoz saca la artillería pesada contra los Rivera: «Lo hicimos en la cama de Paquirri»

El torero nunca reconoció a su hijo y la familia Rivera se desentiende de él

Antonia Muñoz asegura que tuvo una relación sentimenal con Paquirri | Fuente: Telecinco
Antonia Muñoz asegura que tuvo una relación sentimenal con Paquirri | Fuente: Telecinco

La madre de Curro, el joven de 38 años que asegura ser hermano secreto de Paquirri, ha irrumpido en el programa ‘Fiesta’ con un arsenal de detalles íntimos, pruebas y acusaciones directas que prometen reabrir heridas ancestrales en el clan taurino más mediático de España. Decenas de años después de un romance clandestino con Antonio Rivera, Antonia no solo reivindica la paternidad de su hijo, sino que denuncia las manipulaciones familiares a las que ha sido sometida para silenciar la verdad.

La historia que Antonia Muñoz defiende con uñas y dientes se remonta a sus 18 años, cuando un flechazo prohibido con el patriarca Rivera la dejó embarazada en la propia casa familiar. Trabajando en la ganadería de los Rivera, Antonia relata encuentros apasionados que culminaron con el nacimiento de Curro en 1987, un niño que creció bajo el apellido de su padrastro Andrés, pero con la sombra constante de un padre biológico que nunca asumió responsabilidad pública.

El hijo secreto de Paquirri que vive en Zahara de los Atunes | Fuente: Telecinco
El hijo secreto de Paquirri que vive en Zahara de los Atunes | Fuente: Telecinco

«Lo hicimos en la cama de Paquirri», soltó sin filtros en el plató de Emma García, pintando un escenario de intimidad robada que choca frontalmente con la imagen intachable que el clan ha cultivado en los medios durante generaciones. Hoy, Curro reside en Zahara de los Atunes (Cádiz), alejado de los focos, pero convencido por su madre de que la sangre Rivera corre por sus venas, algo que ha llevado a la familia a un pulso judicial y emocional sin precedentes.

El detonante de esta nueva escalada ha sido la revelación de pruebas que Antonia considera definitivas, tras años de demandas fallidas y pruebas de ADN que supuestamente estaban adulteradas. En 2010, Curro se sometió a un test con una muestra de ‘Riverita’ (hijo mayor de Antonio Rivera), que dio negativo, pero Antonia carga tajante: «Salieron negativas porque las manipularon, me engañaron como a un perro».

Kike Calleja, el reportero que ha destapado todos los entresijos, filtró en su programa que antes del resultado, los Rivera insinuaron a Antonia que Riverita no era hijo biológico del patriarca, sembrando así las dudas sobre la fiabilidad del proceso. Ahora, Antonia reclama un nuevo análisis para contrastar con el ADN de José Antonio Canales Rivera, primo directo de Paquirri: «¡ojalá se haga las pruebas!». Por su parte Canales responde con un portazo rotundo, «no participo en este circo, da por zanjado el tema».

La familia Rivera no se queda callada y responde con ironía y desprecio a las embestidas de Antonia Muñoz. Teresa Rivera, hermana de Paquirri e hija del torero controvertido, estalló en risas al ser abordada por la reportera Silvia Álamo en Cádiz: «ni siquiera me acordaba de ella, pa’ ella», ironizó, dejando claro que el clan cierra filas ante lo que ven como una fantasía oportunista.

Antonia Muñoz cuenta su versión de los hechos junto a Emma García | Feunte: Telecinco
Antonia Muñoz cuenta su versión de los hechos junto a Emma García | Fuente: Telecinco

José Antonio Canales, indignado en ‘El Tiempo Justo’, rechazó cualquier test genético y acusó a Antonia de montar un espectáculo innecesario, insistiendo en que Curro «no es de la familia». Esta guerra abierta expone las fracturas del legado Rivera, mientras Antonia jura no buscar un euro, los herederos ven en ella una amenaza a la narrativa familiar que ha sustentado su fama taurina y televisiva durante décadas.

El calvario emocional de Antonia y Curro añade capas de drama humano a este enredo. La madre confiesa sentirse «humillada y abandonada», ya que tuvo que criar sola a su hijo, quien ahora le reprocha que tenía que habérselo contado todo antes. «Tenía toda la razón», admite con voz quebrada.

Curro, harto de desplantes, ha cortado puentes con los Rivera, ya que según él «les han hecho mucho daño». Antonia también involucra a su hija en esta cruzada, necesitando validar su versión ante los suyos, en un contexto donde hay por medio detectives privados y pruebas independientes que podrían inclinar la balanza judicial.​

Este nuevo capítulo de la saga Rivera promete semanas de réplicas, tests pendientes y lágrimas en plató, recordándonos que en el corazón del toreo, las cornadas emocionales duelen más que las de un miura. Antonia Muñoz no retrocede, los Rivera no ceden y Curro espera respuestas en las sombras de Cádiz. ¿Resolverá la ciencia este enigma o alimentará más el culebrón eterno de la familia más televisiva del país? Estaremos observando.