
La crisis entre los Beckham ha dejado de ser un simple murmullo de rumores sin contrastar para convertirse en un terremoto familiar a pocos días de Navidad. Se ha confirmado a través de un gesto contundente, pero muy simbólico en los tiempos que corren, donde las redes sociales se alzan como una de las cosas más importantes ante el ojo público, sobre todo si te dedicas a dar una imagen perfecta por ellas.
Y es que todo apunta a que Brooklyn Beckham habría bloqueado en Instagram a sus padres, David y Victoria, como también a sus hermanos. Una noticia sorprendente que comenzó como una tensión soterrada tras su boda con Nicola Peltz, pero que se ha acabado transformando en una ruptura casi total, escenificada en la red social que mejor resume la marca Beckham, buena imagen, familia perfecta y el negocio que han sabido sacar de ella.
El bloqueo que lo cambia todo
En el universo Beckham, un block en Instagram no es un impulso adolescente, sino una declaración de guerra emocional contra ellos, pero sobre todo mediática, ya que no hay noticia de esta familia de la que no saquen partido. Según se ha podido comprobar, David, Victoria y su hijo pequeño Cruz despertaron un día con la misma sorpresa, ya no seguían a Brooklyn porque él los había bloqueado.
Lejos de tratarse de un simple cruce de unfollows, Cruz decidió dar un paso al frente para aclarar el relato con un mensaje rotundo en redes: «Mis padres jamás dejarían de seguir a su hijo, se despertaron bloqueados, igual que yo», vino a explicar, desmontando la versión de que el distanciamiento habría sido impulsado por los Beckham mayores. El movimiento sitúa toda la responsabilidad en el primogénito, que ha convertido su cuenta en un territorio donde no se atisba la marca Beckham, dando más importancia a su marca personal y cómo no, a su esposa, de la que está locamente enamorado.
Obviamente, esta tensión no nace de la noche a la mañana; lleva años cocinándose a fuego lento. Desde la boda de Brooklyn y Nicola en 2022, señalada una y otra vez como el origen del malestar entre nuera y suegros, suceden los gestos que trazan un relato de alejamiento.
Las ausencias del mayor de los Beckham en momentos icónicos terminaron de encender todas las alarmas. Por poner un ejemplo, el primer hijo de los Beckham no acudió a los 50 cumpleaños de David, ni a otras celebraciones importantes de Victoria, pero tampoco tuvo muestras públicas de afecto, ni felicitaciones en redes. Para un clan que ha hecho de la imagen de unidad familiar su mejor campaña, el hueco de Brooklyn en las fotos grupales dejó de ser una anécdota para convertirse en un síntoma. El síntoma de la ruptura familiar que ahora estamos confirmando.
Brooklyn y Nicola más unidos que nunca
Mientras la casa Beckham se resquebraja, Brooklyn parece haber encontrado refugio en otro apellido, el de Peltz. Distintas informaciones apuntan a que, en la práctica, el mayor de los hermanos ha decidido volcarse casi por completo en la familia de su esposa, hasta el punto de pasar Navidad y fechas señaladas con ellos, dejando de lado las tradicionales reuniones en torno a David y Victoria Beckham.
El relato que se filtra desde el entorno de Brooklyn y Nicola habla de una búsqueda de una vida tranquila y libre de dramas, en contraste con la intensidad emocional y mediática que arrastra el apellido Beckham. Hay fuentes que aseguran que la actriz ha sido un escudo férreo para su marido, plantando cara a los suegros cuando consideraba que las críticas hacia él eran algo excesivas o incluso humillantes.

Más allá del bloqueo, lo que hiere en esta historia es el contexto relacionado en todo ello. En una familia que ha sabido capitalizar cada foto, cada comentario y cada gesto de cariño en redes como parte de un relato aspiracional de éxito y unión, desaparecer del radar digital del hijo mayor es algo grave para ellos.
Para David y Victoria, siempre recelosos de su imagen de grupo unido, el hecho de que el conflicto se juzgue ahora ante millones de seguidores multiplica el impacto y seguro que no les ha hecho ninguna gracia. El silencio público del matrimonio contrasta con los movimientos de sus hijos, mientras Brooklyn borra todo rastro digital con sus padres, Cruz se convierte en el inesperado portavoz de la familia y Romeo se mantiene, al menos de puertas afuera, en una discreta prudencia.
¿Ruptura definitiva o punto de no retorno?
En este contexto, la expresión «crisis entre los Beckham» se queda hasta corta; el bloqueo, la falta de contacto y la elección constante de un bando frente al otro dibujan ya una auténtica ruptura familiar.
Lo que todavía no sabemos es si esto será un punto y final o un grito desesperado en busca de límites y respeto. En el entorno se insiste en que los Beckham no tiran la toalla y desean recomponer su relación, pero al mismo tiempo asumen que la decisión final está en manos de un hijo que, por ahora, parece más cómodo bajo el paraguas Peltz que bajo el omnipresente foco Beckham.
Lo único claro es que, esta vez, ni los filtros ni los likes pueden maquillar una realidad incómoda, la familia más fotogénica del panorama mediático británico está rota, y el escenario del drama es, paradójicamente, la misma pantalla donde antes presumían ser una familia perfecta.

