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Las siete preguntas prohibidas a Doña Letizia: ¿qué tiene que ocultar nuestra Reina? 

Desde que el 22 de mayo de 2004 Doña Letizia Ortiz Rocasolano aparcase su carrera televisiva para centrarse en su papel como princesa de Asturias y posteriormente como Reina de España muchas preguntas flotan en el ambiente y la mayoría los temas prohibidos o tabú para la clase periodística nacional. La primera que se formuló sobre la asturiana tuvo relación con su divorcio, etiqueta negativa para una institución tan clásica como la monarquía: ¿Qué pasó en su primer matrimonio?

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Recuerden que Doña Letizia se casó con su profesor en la adolescencia, Alonso Guerrero. La periodista se enamoró de su profesor en el Instituto Ramiro de Maeztu, once años mayor que ella, casándose con él en 1998 y divorciándose apenas un año después. La década de amor se acabó y Alonso Guerrero nunca ha abierto la boca sobre su comentado matrimonio.

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¿Qué paso en México?

Sobre su vida personal y profesional mucho se ha especulado. Aunque el que más lejos llegó fue el escritor Isidre Cunill en la obra Una republicana en la Corte del rey Juan Carlos, tal y como reseñó Alerta Digital: «Cunill la acusa de haber sido arrestada por posesión de hachís, y afirma que cuenta con un ‘escandaloso pasado republicano y agnóstico’, a lo que habría que añadir hasta vínculos con grupos antisistema». Lo único que se sabe con certeza es que posó desnuda para una portada del popular grupo Maná.

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¿Qué pasó en Irak?

Según el periodista Enrique de Diego, «de su viaje a Irak, el cortesano Federico Trillo hubo de destruir el informe de la sargento “Paquita” sobre la noche de farra de Letizia con un mando de la Royal Navy». Mucho se especuló en prensa sobre el presunto enfado de la mítica Ana Blanco sobre la sorprendente promoción de Doña Letizia, que recuerden que llegó a la copresentación del Telediario 2 en pleno noviazgo con Felipe de Borbón. El propio jefe de informativos de la pública por aquel entonces, Alfredo Urdaci, reconocería en su obra Días de ruido y furia que Ana Blanco tuvo una mirada recelosa sobre la asturiana.

 

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¿Qué otros amores tuvo Letizia?

Además de Alonso Guerrero y Felipe VI, Doña Letizia también compartió su vida con su entonces compañero de CNN Plus David Tejera, por no hablar de los rumores que señalaron su relación con el periodista mexicano Luis Miguel González, divorciado después de conocer a la periodista de llamativa carrera.

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¿Qué hay de verdad en el libro Adiós, Princesa, adiós?

David Rocasolano, primo de Doña Letizia, desveló en una obra publicada por Akal que su prima había abortado y señaló su punto de vista sobre su relación con su suegro: «El rey no respeta nada ni a nadie. El rey es un maleducado. El rey pasa de todo. He leído y escuchado en muchos sitios que Juan Carlos mantiene una relación poco cordial con Letizia. Que se llevan mal, en resumen. Yo no lo percibí nunca así. El trato que el rey le dispensa a Letizia es parecido al que le ofrece a Sofía, a sus hijos o a sus nietos. En las numerosas ocasiones en las que los he observado, jamás he visto de Juan Carlos un gesto de cariño o afecto hacia su hijo. Ni hacia nadie. Juan Carlos trata a todo el mundo por igual, no debe ser clasista, con una indiferencia y un des-dén tan palpables que impresionan. Como si estuviera por encima del bien, del mal y de nosotros. Como una deidad a un insecto».

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¿Cuánto hay de postureo sobre sus conocimientos culturales?

La prensa rosa ha dibujado al personaje de Doña Letizia como una mujer eminentemente culta, pero su primo pone este extremo en solfa: «Uno de los mitos más divertidos que ha aireado la prensa lacaya sobre mi prima es el de la voraz lectora. Mi prima no ha leído jamás otra cosa que periódicos, algún bestseller tipo Grisham o los libros que le obligaron a leer en el colegio y en la facultad. Durante el tiempo que yo trabajé en una conocida firma editorial, era frecuente que le regalara algún clásico ruso, recuerdo Guerra y Paz, o alguna reedición lujosa de literatura americana. Digo lujosa porque yo era consciente de que el libro iba a ir directamente como adorno a una estantería, ya que a Letizia jamás la iba a arrebatar el impulso de leerlo».

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¿Se avergüenza de su familia?

David por último señala su visión sobre las relaciones entre la familia Rocasolano, los Borbones y la propia Doña Letizia: «En cuanto a mi familia, a veces me avergonzaba del exceso de vasallaje que mostraban. A mi tía Paloma, que es una mujer sencilla que a veces raya en el simplismo, toda aquella parafernalia real la superó desde el principio. Era patético observar cómo se dirigía a Sofía: «Señora, ¿cómo está usted?». Y poco faltaba para que se agachara un poco más –la famosa genuflexión– y le limpiara a la reina los zapatos con la lengua. Lo de Letizia tratando de majestad a Juan Carlos incluso en la intimidad, a pesar de ser su suegro, no es tanto vasallaje como estrategia. «No olvido que soy plebeya», parece comunicarle cada vez que pronuncia las tres sílabas.