El misterioso mensaje de Kiko Matamoros que pone en duda su continuidad en la tele: «Hoy toca decir adiós»

El futuro de Kiko Matamoros como colaborador en el programa "No somos nadie" está en riesgo.

Kiko Matamoros en el programa 'No somos nadie'
Kiko Matamoros en el programa 'No somos nadie' | Fuente: @kiko_matamoros

Alrededor de las 10 de la mañana, Kiko Matamoros puso en sus redes sociales un enigmático mensaje que hizo saltar todas las alarmas. Es una frase que pone en duda su futuro en televisión y, en concreto, su continuidad en el programa ‘No somos nadie’.

Con un contundente “Hoy toca decir adiós”, el colaborador ha dejado entrever que podría estar preparando su marcha del programa tras semanas marcadas, entre otras cosas, por la tensión con María Patiño y Carlota Corredera.

El mensaje publicado por Kiko, tanto en Instagram como en X, es corto, pero conciso, y ha sido interpretado por muchos como una despedida velada de la pequeña pantalla o, al menos, del formato que lo ha tenido ocupado en los últimos meses.

Como es de esperar, no han tardado en llegar las especulaciones sobre si se trata de un adiós definitivo, de una salida temporal o incluso la posibilidad de que sea una estrategia para medir el pulso a la audiencia antes de tomar una decisión drástica.

Lo cierto es que este gesto llega en un contexto especialmente delicado para el colaborador, que anteriormente había anunciado ausencias por motivos médicos y al que se le ha visto cansado del clima de tensión que se experimenta en ese plató.

Sin duda es un programa que vive del conflicto, por lo tanto, Kiko se ha convertido en uno de los grandes pilares, así como en el epicentro de algunas de las broncas más sonadas en las últimas semanas.

Un desgaste acumulado en ‘No somos nadie’

‘No somos nadie’ se ha consolidado como un refugio del universo Sálvame, muchos de sus fans siguen viéndolo a diario y aseguran que la esencia sigue ahí, pero claro, esto lleva a que también se haya convertido en un espacio donde las cuentas pendientes de los colaboradores se ajusten en directo. De hecho, podemos decir que el trío formado por María Patiño, Carlota Corredera y Kiko Matamoros es lo que sostiene el programa… pero al mismo tiempo son los que concentran las mayores fricciones.

En los últimos meses, el colaborador no solo ha tenido que gestionar su exposición mediática y su enésima operación estética, sino también un constante choque de egos con sus compañeras. Es justo ese caldo de cultivo lo que ha ido minando la paz interna del formato hasta desembocar en peleas en directo que han dejado muy tocada la convivencia laboral.

La bronca con María Patiño

Kiko Matamoros y María Patiño en un momento del programa 'No somos nadie'
Kiko Matamoros y María Patiño en un momento del programa ‘No somos nadie’ | Fuente: Canal Quickie

El detonante más evidente de esta crisis ha sido la durísima discusión entre Kiko Matamoros y María Patiño durante una conexión con los Premios Ídolo. Mientras Marta Riesco intervenía junto a Javi de Hoyos desde la alfombra, un comentario irónico de Kiko sobre el tema que había planteado su compañera encendió la mecha.

Patiño, visiblemente hastiada con la situación, le reprochó que con ella se creciera tanto: «A mí de verdad Kiko tus bromas a veces me cargan porque después con Carlota Corredera no tienes cojones y te lo digo así de claro», acusándole de achantarse cuando la directora y presentadora entra en escena. A partir de ahí, la discusión se convirtió en un intercambio de reproches, gritos y descalificaciones personales que obligó a la dirección a intervenir para pedir que dejaran de faltarse al respeto.

Acusaciones de machismo y heridas abiertas

En plena bronca, el enfrentamiento escaló varios peldaños cuando la discusión derivó en acusaciones de algo tan fuerte como el machismo. Kiko le reprochó a Patiño el uso de su “lenguaje machista”, mientras ella se revolvía recordándole “sus antecedentes” y dejando claro que no iba a tolerar que la etiquetara de esa manera.

Lejos de ser un simple calentón, aquella pelea dejó un poso evidente en la dinámica del equipo. María exigió respeto, él se quejó del supuesto desprecio que le hacía su compañera y, desde entonces, la sensación de distanciamiento ha sido palpable para la audiencia más fiel y que ve cada día el formato.

La tensión con Carlota Corredera

Las discusiones entre Kiko Matamoros, Carlota Corredera y María Patiño son habituales en el programa
Las discusiones entre Kiko Matamoros, Carlota Corredera y María Patiño son habituales en el programa | Fuente: Canal Quickie

Aunque el gran estallido público ha sido con Patiño, el nombre de Carlota Corredera sobrevuela cada una de estas polémicas. En plena discusión, María lanzaba una frase tan directa como demoledora: con Carlota, según ella, «Kiko no tiene valor de mantener el mismo tono desafiante que emplea con el resto».

Las diferencias entre Kiko y Carlota ya se habían dejado notar en otros momentos del programa, especialmente cuando ella le marca límites en directo o le pide que no hable por encima de otros compañeros, generando momentos evidentes de incomodidad. Esa tensión soterrada habría contribuido al desgaste del colaborador, que se ve cada vez más cuestionado dentro de un espacio donde en su día se sintió un pilar intocable.

En definitiva, el cóctel de enfrentamientos, reproches y gestos de desautorización es algo que ha ido calando en Kiko, alguien que no está ajeno al termómetro de la audiencia ni al eco que generan sus salidas de tono en redes sociales. Por ello, su tuit enigmático, suena más a hartazgo generalizado que a simple postureo, sobre todo si se suma a las recientes ausencias anunciadas por motivos médicos y a la sensación de estar permanentemente en el punto de mira.

Mientras tanto, el programa sigue explotando ese conflicto interno como uno de sus motores de contenido, pero el riesgo es evidente: si Kiko decide dar un portazo, ‘No somos nadie’ perdería a uno de sus rostros más reconocibles y polémicos de su plantilla. La pelota está ahora en su tejado y en el de la productora, o se rebaja la tensión y se recomponen puentes, o ese tuit puede convertirse en el preámbulo de una despedida que, esta vez, sí sea definitiva