¿Auroras boreales o auroras australes?¿Por qué se llaman así? ¿Cuándo es mejor viajar para verlas?

auroras boreales. skyscanneres
Auroras boreales. Fuente: Skyscanner.es

Aparte de registrar temperaturas medias por debajo de los 5 ºC, los países del norte de Europa (Islandia, Noruega, Suecia, Finlandia…) son el escenario de uno de los espectáculos más asombrosos de la naturaleza: las auroras boreales. Su belleza es tan impactante que hasta el grupo ochentero A flock of seagulls decidió mencionarlas en su canción I ran (so far away).

Aunque este fenómeno óptico de vibrantes —incluso fluorescentes— colores no es exclusivo de esta región del planeta, la mayoría de quienes pretenden vivir la experiencia de ver auroras boreales en vivo y en directo viajan hacia el hemisferio norte. En dirección opuesta, hacia el polo sur, las auroras cambian de nombre. La ciudad argentina de Ushuaia lo sabe bien, donde este reclamo turístico es conocido como auroras australes.

Para entender por qué, tratándose del mismo fenómeno, reciben nombres tan distintos, hay que remontarse a la antigua cultura grecorromana. Enseguida, explicamos esta curiosidad y alguna que otra peculiaridad más.

Las noches blancas del verano ocultan las auroras

Durante dos meses (a partir del 20 de abril), en las islas Svalbard, el sol deja de ocultarse para dar paso a la oscuridad de la noche. Ello imposibilita disfrutar de las autoras boreales. Algo después de que este suceso —conocido como noches blancas(24 horas de luz ininterrumpidas)—haya llegado a su fin, comienza la noche polar.

Del 21 de diciembre en adelante (unos 6 meses en total de noche polar), reina la oscuridad, siendo las auroras boreales las principales responsables de iluminar unas noches que duran 24 horas.

Por este motivo, se recomienda viajar entre septiembre y marzo para observarlas. Concretamente, la primavera (marzo/abril) y el otoño (septiembre/octubre) son las estaciones que más se aconsejan para disfrutar de ellas, pues las noches son despejadas; no hay nubes en el cielo que mermen la visibilidad.

El sol no es el único que produce auroras boreales

Sin entrar en pormenores, el viajero que se anime a verlas en persona necesita saber cómo se producen las auroras boreales. Para aclararlo, utilizaremos los conocimientos de Xplora – Snacks de Ciencia. Esta misma explicación es extrapolable a las auroras australes, que se observarían en el antártico.

  1. En primer lugar, el sol es una estrella gigante que constantemente bombardea el planeta Tierra con partículas (viento solar).
  2. Una parte de estas partículas se quedan retenidas en el campo magnético de la Tierra, cuyas líneas convergen justo en los polos.
  3. Cuando las partículas, que el escudo protector de la Tierra no ha bloqueado, llegan a los polos, colisionan con los átomos de los gases de la atmósfera (por ejemplo: con átomos de nitrógeno y oxígeno).
  4. Como fruto de este choque entre partículas solares y átomos atmosféricos, los átomos aumentan sus niveles de energía.
  5. Al restablecerse (al volver a la calma después de esta colisión y del aumento de energía), liberan luz.

Según los átomos con los que las partículas del viento solar han colisionado, la luz emitida es de una u otra longitud de onda y, en función de ello, los seres humanos captamos unos u otros colores.

La mitología grecorromana y las auroras

Desde el principio, en el título de este artículo, establecíamos una diferencia importante entre dos tipos de auroras. Según su ubicación geográfica, las auroras pueden ser boreales (hemisferio norte) o australes (hemisferio sur).

La inmensa mayoría de nosotros las vincula al hemisferio norte y, por esta razón, los viajeros a menudo eligen localidades como estas que Skyscanner propone:

  • Tromsø (Noruega);
  • Laponia (Finlandia);
  • Húsavík (Islandia);
  • Abisko (Suecia).

Bóreas y Austro, los dioses del viento

Esta diferencia geográfica entre polo norte y polo sur, sólo por sí misma, no les da nombre a las auroras. Para averiguar el origen, hay que recurrir a la etimología, a la mitología y, además, combinarlas.

El término boreal procede del griego: Bóreas era el dios que traía el viento del norte y, con él, la llegada del invierno; igual que sucedía con los romanos, que también tenían su dios del viento norte. Sin embargo, la palabra austral se la debemos a Austro y al viento que este dios romano traía desde el sur. Por ende, el término austral procede del latín, mientras que el término boreal tiene un origen griego.

He aquí el motivo por el que la RAE considera que boreal es sinónimo de norteño (polo boreal, aurora boreal, hemisferio boreal) y austral, sinónimo de sureño: decir polo austral es equivalente a decir polo sur.