Fin a la guerra de los Llongueras: las familias firman una paz de millones de euros

Llongueras

Lluís Llongueras, icónico peluquero y empresario español, falleció a los 87 años dejando atrás una herencia polémica y dos familias enfrentadas. Más de un año después de su muerte, ambas familias han alcanzado un acuerdo para repartir su legado y resolver un conflicto que parecía eterno.

Llongueras, una figura emblemática en el mundo de la peluquería, fundó un negocio que en sus mejores años llegó a facturar más de 40 millones de euros. Su primera familia, compuesta por Lola Poveda y sus dos hijos, se rompió cuando el empresario se enamoró de Jocelyne Novella, una joven veinteañera a la que siempre consideró el amor de su vida. Jocelyne, madre de sus hijos Antoni, Adriá y Yasmin, fue su mano derecha en los negocios durante gran parte de su vida.

Llongueras

La semana pasada, Jocelyne compartió un emotivo mensaje en redes sociales en recuerdo de Llongueras: «Ya no podemos sentir tus caricias ni el calor de tu piel con la nuestra. Pero nos reconforta todo el amor que hemos recibido en vida. Sigues caminando a nuestro lado reconfortándonos y convirtiendo este dolor en amor profundo. Estamos más unidos como familia, como siempre soñabas. Te aman para siempre».

En una reciente entrevista con la Agencia EFE, Jocelyne explicó cómo se logró pacificar el enfrentamiento con la primera familia de Llongueras, dos años después de que sus hijos despidieran al peluquero de 26 de sus 120 salones de peluquería. «Para ganar siempre hay que perder algo y ambas familias nos hemos intercambiado acciones interpuestas y todos hemos cedido para poder seguir funcionando con normalidad y que los hijos mayores de Lluís continúen trabajando en su nueva empresa y no se queden en la calle», manifestó.

La herencia de Llongueras

La herencia de Llongueras incluyó varias empresas y activos significativos. Unos meses después de su fallecimiento, Jocelyne asumió oficialmente el control de parte del patrimonio dejado por el peluquero. En octubre de 2023, Jocelyne se convirtió en socia mayoritaria de Inmobiliaria Llonlluis, una entidad de referencia en la familia que se dedica al alquiler de bienes inmobiliarios y maneja activos superiores a diez millones de euros. Según ‘Vanitatis’, en 2022 esta inmobiliaria facturó 341.000 euros, aunque sus beneficios no superaron los 30.000 euros. Jocelyne y su hijo Antonio administran la empresa de forma solidaria desde principios de este año.

Llongueras

‘Vanitatis’ también informó que ha habido cambios en Llujo & Llono, otra empresa ahora controlada por Jocelyne, que la administra junto a su hijo Antoni. Esta empresa se dedica al alquiler de maquinaria y otros bienes no inmobiliarios, y en 2022 generó unos beneficios netos de 287.000 euros con activos cercanos a dos millones y medio de euros. Además, a través de Inmobiliaria Cabale, otra de las empresas de Llongueras, se alquilaban locales, logrando facturar hasta 450.000 euros en 2022. Esta empresa cuenta con activos que superan los 2.450.000 euros y es administrada solidariamente por Jocelyne y su hijo Antonio desde enero de 2024.

El patrimonio del reconocido peluquero incluye también Inmobiliaria Lluria, dedicada al alquiler de locales y administrada desde febrero de 2023 por su primera mujer, Lola Poveda. Esta empresa declaró en 2021 unos activos por valor de 1.600.000 euros. Recientemente, Poveda se convirtió en accionista única de esta entidad, formalizando el reparto total de la herencia en virtud de los acuerdos alcanzados años atrás.

Llongueras

Lluís Llongueras fue el primer peluquero español en inaugurar un salón en París y fundó academias para enseñar su particular método y estilo. Trabajó en Hollywood y atendió a clientes tan ilustres como la duquesa de Alba y la reina Sofía. Llegó a abrir hasta 120 locales en todo el mundo, con 50 de ellos en España.

En 2018, Llongueras vendió parte de su negocio al francés Franck Provost, dueño de Provalliance, líder europeo en peluquerías. En ese momento, su imperio facturaba 45 millones de euros, con 20 salones propios y 52 franquicias en España, además de 28 en el resto del mundo. Un año después, el grupo francés completó la compra de todo el grupo, adquiriendo también la cadena Twenty One, propiedad de una de sus hijas, Esther Llongueras.

Con la resolución del conflicto hereditario y el reparto de sus bienes, las dos familias de Lluís Llongueras buscan ahora seguir adelante y honrar el legado del visionario peluquero que dejó una huella imborrable en la industria de la belleza.