A Amadeo Llados se le va de las manos el ser influencer

Amadeo Llados
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Amadeo Llados, el polémico influencer

Amadeo Llados es un influencer que probablemente ninguna persona menor de 25 años desconoce. Este madrileño de 32 años ha alcanzado la viralidad en las redes sociales, destacándose por mostrar un estilo de vida lleno de éxito y lujos, y por su lenguaje feísta. Arrasa entre los adolescentes, pero es peligroso.

Amadeo Llados tiene un comportamiento sectario y aunque se promueve como un couch motivacional lo que tiene montado es un espacio tremendamente nocivo. Su contenido consiste en cursos de autoayuda carísimos que provocan que los jóvenes lo adoren y se aíslen de aquellos que intentan ayudarlos a ver la realidad.

¿Por qué ha conseguido volverse viral?

El gran empuje de este influencer entre los jóvenes tiene relación con su forma de mostrarse. No sólo apunta a jóvenes con ganas de llevar una buena vida sino que se expresa de una forma directa sirviéndose de insultos y palabros, lo que le ha conseguido convertirse en uno de los referentes de los adolescentes.

Para Amadeo Llados cualquier persona que se levante antes de las nueve y que no aspira a conseguir tres Lamborghinis en su garaje es un fracaso. También se mete con quienes ganan un suelo base de 1.000 euros, llamándolos despectivamente ‘mileuristas’ y con quienes dedican muchas horas de su vida al estudio.

El niño rico que se sabe vender

Viniendo de una familia acomodada, para Amadeo Llados la vida ha sido demasiado fácil. Ha conseguido mucho con poco, y en una situación tan dramática como la que atraviesa nuestro país en estos momentos un personaje de este tipo puede ser tremendamente perjudicial en la forma de influir que tiene en las nuevas generaciones.

Sin embargo, él vende otra historia: dice que se ha creado a sí mismo trabajando de obrero y lavaplatos y poniendo todo de sí para salir adelante. En las redes promueve sus propios cursos de autoayuda que prometen ayudar a la gente a encontrar su propio camino, a desearlo todo y a conseguir el éxito. Un fiasco de los tantos que han alimentado las redes sociales.