Ya se conoce la sentencia en el caso de Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana y su deuda con el Banco de Luxemburgo. La tenista ha sido condenada a dos años de prisión por alzamiento de bienes, por lo que elude la cárcel. Ella llegó a un pacto con la fiscalía por el reconocimiento de los hechos y recibirá una multa de seis millones de euros. Por el lado de Josep Santacana, sí ha sido condenado a tres años y tres meses de cárcel.
Esta sentencia supone el capítulo que cierra la tormentosa historia entre Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana. Después de duros reproches, discusiones y testimonios contradictorios, el matrimonio puede tomar caminos separados. Antes de llegar a este punto, el matrimonio pasó por diferentes momentos dramáticos y se convirtieron en dos de las personas que más interés mediático generaban.
Las relaciones anteriores de Arantxa Sánchez Vicario
La vida sentimental de Arantxa Sánchez Vicario ha estado llena de momentos complicados. Sin suerte en el amor, la tenista lo ha dado todo por sus relaciones, teniendo hasta que enfrentarse a su familia. Aunque su historia más conocida es la que mantuvo con Josep Santacana, no ha sido la única. Su primer marido fue el periodista deportivo Joan Vehils, quien era director del periódico Sport. La pareja se conoció cuando él la entrevistó a ella para su diario. Se casaron en el año 2000 en una impresionante boda en el Castillo de San Marcial en Cerdanyola. Entre los más de 600 invitados se encontraban rostros conocidos como José María Aznar o Jordi Puyol. El matrimonio se acabó separando un año después de forma amistosa y ambos guardan un buen recuerdo de esa relación.
Después de separarse de Joan Vehils, Arantxa Sánchez Vicario encontró el amor con el que fue su entrenador. Antonio Hernández estuvo dirigiendo a la tenista en su primera etapa, se reencontraron años después y nació el amor. Personas cercanas a Arantxa Sánchez Vicario aseguraban que fue la relación en la que feliz estuvo. La tenista hablaba así de este romance: “Era una relación basada en la complicidad y la confianza nacidas del trato cotidiano durante muchos años”.
El complicado amor de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana
Fue en el año 2007 cuando Arantxa Sánchez Vicario conoció al gran amor que le cambió la vida. Una noche en Ibiza con amigos en común fue el escenario en el que la historia comenzó. José Guindulain, uno de los subasteros más importantes de Barcelona y que trabajaba con Josep Santacana, fue quien los presentó. La tenista definió este primer encuentro como un flechazo en su libro, hablando así del inicio de su relación: “Tuve la certeza de que sería el padre de mis hijos. Ya aquella misma noche no paramos de hablar y, pocos días después de conocernos, supimos que lo nuestro iba a ser algo muy serio”. Estaban tan seguros de ese amor que solo un año después, en 2008, decidieron casarse.
La relación no era tan idílica. La familia de Arantxa Sánchez Vicario se opuso a este noviazgo desde el inicio, desconfiando de Josep Santacana. Ese fue el inicio del enfrentamiento de la tenista con sus padres y hermanos. La familia de ella llegó a contratar una empresa de detectives privados para que investigaran a su pareja. Descubrieron que Josep Santacana no tenía ninguna profesión, que tenía diferentes deudas y que estaba envuelto en varios procesos judiciales. Según cuenta la tenista en sus memorias, su familia no se tomó nada bien que siguiera con la boda, conociendo el pasado de su novio y no supo hasta el ultimo momento si asistirían al enlace. Finalmente, todos los miembros acudieron.
Arantxa Sánchez Vicario se enfrenta a su familia
Sin embargo, las diferencias fueron a más. En 2015 Arantxa Sánchez Vicario entraba en un proceso judicial contra sus padres, acusándoles de haber gestionado mal sus ganancias. Acabó perdiendo el juicio por falta de pruebas. Ahí comenzaron las acusaciones y la tenista habló de forma muy dura sobre sus padres. Arantxa Sánchez Vicario explicó en sus memorias que: “Fue muy duro para mí comprobar que mi familia consideraba que yo no era digna de poder enamorar a un hombre. Pensar que Pep solo podía acercarse a mí por interés y no por mis valores como ser humano resulta verdaderamente descorazonador”. Además, Arantxa Sánchez Vicario nombró a su marido apoderado de todas sus empresas y gestor de su patrimonio, cifrado en 45 millones de euros. Se trasladaron a Miami, donde han criado a sus dos hijos.
La intensa historia de amor terminó en 2018. Arantxa Sánchez Vicario reconoció que se había equivocado con su familia, argumentando que: “Mi único error fue enamorarme y confiar en una persona que me la jugó”. Poco a poco intentó retomar el contacto con su familia, asegurando que se había dado cuenta de que querían lo mejor para ella y que tenía que haber separado el amor del resto de su vida. Con su padre, enfermo de alzheimer y ya fallecido, no tuvo oportunidad de reconciliarse. De hecho, no acudió al entierro porque sus hermanos se lo prohibieron. Con su madre sí parece haber solucionado sus problemas, ya que en una reciente entrevista dijo: “Mi madre está conmigo aun habiéndole dado mil patadas. Me ha demostrado lo que es el amor incondicional”. Sobre la relación con sus hermanos no se conocen muchos datos, pero no hay indicios de que hayan retomado el contacto.
