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La Infanta Cristina: fan de su hijo Pablo Urdangarin

Plenamente adaptado a su nuevo equipo y consolidándose partido a partido como uno de los jugadores más determinantes del Fraikin BM Granollers, Pablo Urdangarín ha contado en su último partido con varios espectadores de lujo que se han convertido en sus grandes apoyos tras la marcha de Johanna Zott de Barcelona: la Infanta Cristina, su hermano Miguel y sus ‘suegros’, con los que es innegable que se lleva a las mil maravillas.

Johanna, con la que el sobrino de Felipe VI mantiene una discreta relación desde principios de 2023, está estudiando en Munich con una beca Erasmus -vivirá en la ciudad alemana todo el curso- y a pesar de que la distancia suele hacer mella en parejas tan jóvenes, parece que por el momento este no es el caso de Pablo y su novia.

Ante la ausencia de Johanna, son sus padres y su hermana los que se han convertido -con permiso de la hija del Rey Juan Carlos- en los mayores fans del jugador de balonmano. Y lo han vuelto a demostrar animándole desde las gradas, donde también pudimos ver a Doña Cristina y a Miguel Urdangarín sin perder detalle de las jugadas de Pablo.

Presumiendo de la buenísima relación que mantiene con los ‘suegros’ de su segundo hijo, la ex duquesa de Palma saludó efusivamente a los padres y a la hermana de Johanna, con los que conversó de lo más sonriente antes del inicio del partido, derrochando complicidad, bromas y confidencias.

Pero además de para ponerse al día con sus ‘consuegros’, la Infanta Cristina también tuvo tiempo para ejercer de ‘fotógrafa’ oficial del encuentro y, de lo más atenta, fue la encargada de inmortalizar orgullosa con su teléfono móvil cada una de las jugadas de Pablo. Sonriente y sin poder disimular que se le ‘cae la baba’, enseñó las imágenes a su hijo Miguel, que por su parte disfrutó de una bolsa de patatas fritas mientras aplaudía a su hermano.

Unas imágenes que demuestran la buena sintonía que uno de los miembros más populares de la familia del Rey Felipe, Pablo, tiene no solo con su madre y con su hermano pequeño, sino también con la familia de su novia, que continúa arropándole partido a partido a pesar de que Johanna se encuentra a miles de kilómetros de distancia.