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Pollo al ajillo: la receta clásica que deleitará tu paladar

El pollo al ajillo es uno de esos platos que nunca pasan de moda. Con su combinación de sabores simples pero intensos, es un plato que puede hacer que cualquiera se sienta como un chef de alto nivel en la comodidad de su propia cocina. Ya sea para una cena especial o para una comida rápida entre semana, el pollo al ajillo siempre es una excelente elección. En este artículo, te llevaré a través de los pasos para preparar esta deliciosa receta clásica española y compartiré algunos consejos para que puedas disfrutar de un pollo al ajillo perfecto en casa.

Capítulo 1: La Importancia de los Ingredientes

Antes de sumergirnos en la preparación del pollo al ajillo, es esencial hablar de los ingredientes. Como en la mayoría de las recetas, la calidad de los ingredientes es clave para obtener un resultado excepcional. Aquí está lo que necesitas:

1. Pollo: Opta por muslos o muslos de pollo deshuesados y con piel para obtener un sabor más rico y jugoso. Si prefieres una opción más magra, puedes usar pechugas de pollo, pero asegúrate de no cocinarlas demasiado para evitar que se sequen.

2. Ajo: Como su nombre lo indica, el ajo es la estrella de esta receta. Usa ajo fresco y, si puedes, evita el ajo en polvo o prensado, ya que no ofrecen el mismo sabor y aroma.

3. Aceite de Oliva: Utiliza un buen aceite de oliva virgen extra para resaltar los sabores. La calidad del aceite marcará la diferencia en tu plato final.

4. Perejil: El perejil fresco picado añade un toque de frescura y color al plato. Es un complemento esencial para el ajo y el aceite de oliva.

5. Vino Blanco: Un buen vino blanco seco es perfecto para esta receta. También puedes usar vino fino o incluso vino de jerez si lo prefieres.

6. Sal y Pimienta: Siempre es importante sazonar tus alimentos con sal y pimienta al gusto. La sal realzará los sabores, mientras que la pimienta añadirá un toque de picante.

Capítulo 2: Preparación y Marinado del Pollo

El primer paso para hacer un pollo al ajillo delicioso es la preparación del pollo. Asegúrate de que esté limpio y seco antes de continuar.

1. Lava y seca el pollo: Si estás utilizando muslos o muslos de pollo con piel, asegúrate de lavarlos y secarlos completamente con papel de cocina. Esto ayudará a que se doren bien durante la cocción.

2. Sazona el pollo: Generosamente sazona el pollo con sal y pimienta en ambos lados. La sal no solo le dará sabor al pollo, sino que también ayudará a que las piezas se doren de manera uniforme.

Pollo al ajillo
Pollo al ajillo

3. Marínalo: Si tienes tiempo, puedes marinar el pollo en un poco de vino blanco durante 30 minutos antes de cocinarlo. Esto añadirá un sutil sabor a vino al plato. Sin embargo, este paso es opcional y puedes omitirlo si tienes prisa.

Capítulo 3: Cocinar el Pollo al Ajillo

Una vez que hayas preparado el pollo, es hora de cocinarlo al ajillo. Este proceso es rápido y sencillo, pero requiere un poco de atención.

1. Calienta el aceite de oliva: En una sartén grande y profunda, calienta unas tres cucharadas de aceite de oliva a fuego medio-alto. Asegúrate de que la sartén esté lo suficientemente caliente para dorar el pollo, pero no tanto como para quemar el ajo.

2. Fría el pollo: Coloca las piezas de pollo en la sartén caliente con la piel hacia abajo. Cocina durante unos 5-7 minutos, o hasta que la piel esté dorada y crujiente. Luego, dales la vuelta y cocina el otro lado durante otros 5-7 minutos. El pollo debe estar completamente cocido en este punto. Si estás usando pechugas de pollo, el tiempo de cocción será menor debido a que son más delgadas.

3. Añade el ajo: Justo antes de que el pollo esté listo, agrega los dientes de ajo finamente picados a la sartén. Cocina durante unos 30 segundos a un minuto, revolviendo constantemente, hasta que el ajo esté fragante y ligeramente dorado. Ten cuidado de no quemar el ajo, ya que esto le dará un sabor amargo al plato.

4. Deglaze con vino blanco: Vierte el vino blanco en la sartén caliente. Esto ayudará a deglazarla, es decir, a raspar los sabores caramelizados del fondo de la sartén. Cocina durante unos minutos para que el alcohol se evapore y la salsa se reduzca ligeramente.

5. Añade el perejil: Retira la sartén del fuego y añade el perejil picado. El calor residual de la sartén será suficiente para darle sabor al perejil sin quemarlo.

Capítulo 4: Servir y Disfrutar

El pollo al ajillo está listo para ser disfrutado. Sirve las piezas de pollo en un plato caliente y rocíalas con la deliciosa salsa de ajo y vino blanco. Acompaña este plato con tu elección de guarniciones, que pueden incluir arroz, patatas fritas, ensalada o pan para mojar en la salsa.

El pollo al ajillo es una de esas recetas clásicas que nunca pasan de moda. Con ingredientes simples pero sabrosos, es una opción ideal para una comida familiar o una cena especial. Con los consejos y pasos que te he proporcionado en este artículo, puedes preparar un pollo al ajillo que deleitará a tus comensales y te hará sentir como un auténtico chef. Así que, ¿por qué no te animas a preparar esta deliciosa receta en tu próxima comida? ¡Tu paladar te lo agradecerá! ¡Buen provecho!