Fin de semana de lo más intenso para Camilo Blanes. Después de anunciar a su entorno más cercano que va a comenzar a vivir como una mujer y de pedirles que a partir de ahora le llamen Sheila Devil -nombre que ha adoptado en redes sociales y que incluso aparece ya en el buzón de su casa- el hijo del recordado Camilo Sesto ha decidido celebrar el giro radical que ha decidido dar a su vida por todo lo alto.
Para ello, este sábado invitaba a su domicilio a dos amigos con los que posaba ataviados con pelucas -y mostrando de nuevo el preocupante aspecto de su dentadura- y vestimenta femenina. Una compañía no demasiado recomendable como confesaba Cristina Rapado que, minutos después de llegar al lugar para llevarle un encargo a Camilín, salía horrorizada de allí.
Más tarde, y después de ver a través de las cámaras de seguridad que tiene instaladas en el domicilio qué estaba haciendo su hijo con sus amistades, era Lourdes Ornelas la que llegaba a la casa acompañada por la novia del joven, María. Ambas entraban en coche para intentar ‘acabar’ con la fiesta pero, incapaces de conseguirlo, se iban sin ocultar su desesperación por la espiral de autodestrucción en la que ha caído Camilo.
Intentando demostrar que se está exagerando con la preocupación por su estado de salud, era él mismo -¿o deberíamos decir ella?- el que salía a la puerta de su residencia para asegurar que se encuentra «de maravilla». Con una peluca rubia y una gran sonrisa, dejaba claro que está «muy bien» y bromeando con que había recibido la visita de Naomi Campbell.
Este domingo, sin embargo, la tranquilidad ha sido la tónica dominante en la casa de Camilín y los únicos que se han acercado hasta el lugar han sido varios repartidores con cajas de cartón con compras que el hijo de Camilo Sesto hace por Internet.
Otro de los motivos por los que su entorno está preocupado por él, ya que al parecer el joven está despilfarrando una gran cantidad de dinero adquiriendo numerosos artículos on line; especialmente pelucas de pelo natural, que se habrían convertido en una de sus grandes obsesiones desde que decidió cambiar de identidad y convertirse en Sheila Devil.
