Tener el colesterol y triglicéridos en los niveles exigidos por los médicos es algo muy complicado si no se tienen en cuenta determinados aspectos fundamentales para que nuestro organismo no se resienta y pueda sufrir cualquier tipo de complicación cardíaca. Por eso, como ocurre también con otras partes de nuestro cuerpo, lo fundamental va a ser una alimentación correcta, intentando evitar productos que no hagan que esas grasas se multipliquen. Para que esto no ocurra te vamos a mostrar algunos remedios en las siguientes líneas.
Fruta contra colesterol y triglicéridos
El corazón es el gran perjudicado por colesterol y triglicéridos, por lo que la Fundación Española del Corazón es la primera que intenta cada dos por tres prevenirnos de los riesgos de los mismos y nos da pautas que seguir para que sus niveles no se descontrolen. Una de ellas, que ya debería ser conocida por todos, es la conveniencia de sumar cuando menos cinco raciones de frutas y verduras al día, al ser la mejor fuente de fibra y antioxidantes naturales que podemos encontrar.
Legumbres contra colesterol y triglicéridos
Contra colesterol y triglicéridos siempre es bueno incluir en nuestra dieta legumbres, sobre todo la soja, las arvejas en vaina, los garbanzos y el mezquite. Y es que un estudio reciente reveló que el consumo de ½ taza (100 gramos) de legumbres al día ayuda a reducir el LDL, es decir el colesterol «malo», en comparación con la falta de consumo de estos alimentos. Al ser escasas en grasas aportan a nuestro organismo proteínas vegetales de mediano valor biológico, carbohidratos complejos y fibra soluble.
«Vicios» controlables
La dieta ideal para combatir colesterol y triglicéridos tiene que intentar evitar algunos productos que pueden ser «vicios» que podemos controlar. Así, habría que prescindir de azúcares simples, la fructosa y, principalmente, el alcohol, aunque eso no quita que de vez en cuando sí podamos darnos un capricho de éstos. También es muy recomendable el prescindir del consumo de tabaco, que puede elevar los niveles de esos dos grandes males. Todo ello no quita que intentemos controlar nuestro peso y hacer algún tipo de actividad física diaria.
Remedios caseros
Si queremos ayuda para combatir colesterol y triglicéridos podemos encontrarla en algunos remedios caseros elaborados a partir de hierbas y plantas, ya que las propiedades de ambas pueden lograr controlar el nivel de estos lípidos y limpiar nuestras arterias. Por ejemplo, las hojas de la alcachofa tienen propiedades depurativas de la sangre y contienen ácidos en su composición que reducen el exceso de colesterol. Se puede preparar una infusión echando 5 o 6 gramos de hojas en un litro de agua hirviendo. Se deja reposar durante cinco minutos, se cuela y se toman dos o tres tazas al día antes de las comidas.
Té verde
El té verde es otro producto ideal para luchar contra colesterol y triglicéridos por sus efectos antioxidantes. Otra de sus ventajas es que es diurético y además ayuda a combatir la obesidad. Para conseguir que su consumo nos aporte todos esos beneficios nos bastaría con preparar una infusión echando una cucharada sopera de hojas en una taza de agua hirviendo. Hay que mezclarlo todo bien, dejar reposar y colar, y lo ideal es tomarla al menos dos o tres veces al día.
Cúrcuma
Menos conocida que el té verde pero con las misma ayuda contra colesterol y triglicéridos es la cúrcuma. Esta especia tiene un compuesto bioactivo llamado curcumina que, gracias a su acción antioxidante, ayuda a bajar los niveles de colesterol y ejerce un efecto cardioprotector. Si queremos preparar una bebida con dicha sustancia bastará con echar una cucharada de polvo de cúrcuma en 150 mililitros de agua hirviendo. Hay que dejar que repose unos 10 minutos y beber hasta tres tazas al día entre las comidas.
Cardo mariano y diente de león
Y si para luchar contra colesterol y triglicéridos hemos usado una sustancia tan desconocida como la cúrcuma, qué decir del cardo mariano y el diente de león. El primero se recomendaba para favorecer nuestro hígado, pero su efecto antioxidante puede ser ideal para ayudar a eliminar las toxinas que el cuerpo no necesita y limpiar con ello las arterias. La segunda planta tiene propiedades depurativas y además tiene la capacidad de aumentar la secreción de bilis, sustancia que es necesaria para la digestión ya que, al igual que las enzimas, descomponen las grasas en los ácidos.
