Tengamos o no una salud de hierro, el colesterol siempre está ahí para recordarnos que debemos medir un poco lo que comemos o bebemos, vamos para amargarnos un poco el día si nos dicen que lo tenemos un poco alto. A partir de los 20 años una de las primeras cosas que tienden a controlar los médicos en cualquier análisis de sangre que nos realizan es el control del mismo, para saber el perfil de lípidos que va a determinar tanto el colesterol HDL (el llamado bueno), el LDL (que es el malo), los triglicéridos y el que tienen en general en en sangre (o suero). Con esos resultados ya sabemos si tenemos o no que preocuparnos por el tema.
Qué es el colesterol
El colesterol es una sustancia grasa que produce el hígado, más técnicamente un lípido que se encuentra en la membrana plasmática eucariota, los tejidos corporales de todos los animales y en el plasma sanguíneo de los vertebrados. También la puedes tú potenciar al comer ciertos alimentos. Tu cuerpo necesita tener algo de la misma para funcionar correctamente, pero tener demasiado del tipo malo, la lipoproteína de baja densidad (LDL), te pone en riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Así al menos lo indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Qué pasa si acumulas colesterol
Cuando el colesterol se acumula en los vasos sanguíneos, pueden volverse más estrechos y menos flexibles. Si se forma un coágulo de sangre en una arteria estrecha, puede desencadenar un ataque al corazón o un derrame cerebral. Por lo tanto, tener demasiado colesterol malo o poco del bueno puede aumentar el riesgo de estos graves problemas de salud. El proceso de acumulación de placa aterosclerótica (depósitos endurecidos) se denomina aterosclerosis y puede ocasionar problemas graves en nuestro organismo.
Enfermedades que causa
Si tienes descontrolado el colesterol, puedes padecer una enfermedad de las arterias coronarias, que es una obstrucción del flujo de sangre al corazón; una arteriopatía periférica, cuando esa obstrucción es en las piernas y los brazos; o una enfermedad de la arteria carótida, cuando la citada obstrucción de sangre es al cerebro. Lo peor de todo es que el colesterol viaja a través de la sangre en silencio, por lo que es posible que no veas ni notes su presencia durante mucho tiempo y que no tengas síntoma alguno, a diferencia de otras enfermedades, hasta que tengas un ataque al corazón o un derrame cerebral.
Consejos para reducirlo
Hoy en día podemos combatir el colesterol de muchas maneras. Por ejemplo haciendo ejercicio, porque la actividad física ayuda a perder peso y aumentar el colesterol HDL; comiendo más fibra, y para ello hay que reemplazar el pan blanco y la pasta con granos integrales; si ingerimos grasas saludables, las que incluyen aceite de oliva, aguacate y ciertas nueces; obviando las grasas saturadas, como el queso, la leche entera y las carnes rojas; dejando de fumar, ya que este hábito reduce el colesterol bueno; limitando el consumo de alcohol, bastaría con beberlo con moderación, no más de dos tragos por día para los hombres y no más de un trago por día para las mujeres; y teniendo un peso saludable.
Cuál es el bueno
El colesterol HDL es al que se llama el «bueno«. Un nivel saludable de éste puede proteger contra ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. El HDL transporta el colesterol LDL (malo) lejos de las arterias y de vuelta al hígado, donde el LDL se descompone y sale del cuerpo. Pero el colesterol HDL no elimina por completo el colesterol LDL, porque sólo un tercio a un cuarto del que tenemos en la sangre es transportado por HDL. Las personas con niveles elevados de triglicéridos en la sangre también suelen tener niveles más bajos de HDL. Las mujeres tienden a tener niveles más altos de HDL que los hombres, pero esto puede cambiar después de la menopausia.
Cuál el malo
El colesterol LDL es al que se considera el «malo» de esta película de terror que tenemos cada vez que nos hacen un análisis, sobre todo porque contribuye a la acumulación de grasa en las arterias (aterosclerosis). Esto estrecha las arterias y aumenta el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y enfermedad arterial periférica (EAP). Los niveles de LDL son un factor entre muchos a considerar al evaluar el riesgo cardiovascular, por ello es aconsejable que tu médico te indique los niveles que tienes, así como sobre otros factores que afectan tu salud cardiovascular. Una dieta alta en grasas saturadas y trans no es saludable porque tiende a elevar los niveles de colesterol LDL.
