Rocío Jurado fue una de las grandes embajadoras de Chipiona, su pueblo natal, pero también de su Virgen de Regla, que homenajeó por todos los países en los que actuaba y siempre llevó consigo en sus discursos. Hablar de la Virgen de Regla es hablar de ‘La más grande’ y hoy, 8 de septiembre, día en el que siempre veíamos en aquel dichoso balcón a toda la familia, le echamos más en falta que nunca.
Han sido muchos los acontecimientos que han sucedido en los últimos años, sobre todo desde que la hija de la Jurado rompiese su silencio para que se supiese de una vez por todas la verdad de su vida y el dolor que ha sentido desde que se divorció de Antonio David. Un discurso que ha roto con las falsas verdades que la gran parte de la familia Mohedano-Jurado quisieron hacer creer un día en los platós de televisión.
Como cada ocho de septiembre, el balcón de la casa ‘Mi abuela Rocío’ se llenaba de todos esos familiares de Rocío Jurado: hermanos, tíos, sobrinos, hijos, nietos… ese lugar era punto clava en la procesión de la ‘Virgen de Regla’ y hoy, 16 años después de la muerte de ‘La más grande’ seguirá teniendo su vacío.
Rocío siempre aseguró que por nada del mundo se perdería su procesión: «Tengo una promesa de por vida de estar con ella todos los días ocho de septiembre», tanto que en sus declaraciones afirmaba que: «No hay dinero que lo pague, ni eso, ni muchas otras cosas». Un día de lo más especial para todos los miembros del clan Jurado que, con el paso del tiempo, han visto como la unidad familiar que ella misma cobijó se ha desvanecido para siempre.
Durante estos últimos años hemos visto como por ese mismo balcón han ido pasado los hermanos de la Jurado, salvo Amador Mohedano que por la presencia de Rosa Benito ha preferido no acudir, los nietos de la artista, Rocío y David Flores, pero nunca más hemos vuelto a ver a Rocío Carrasco, quien ha roto filas con todos ellos por motivos que ha explicado más que de sobra en sus documentales.
