Cada vez tiene más presencia la salsa barbacoa en nuestra alimentación diaria, por mucho que su sabor intenso y más dulzón no termine de superar a la de tomate de toda la vida. Sobre todo se emplea para dar sabor a ciertos platos a base de carne, aunque la verdad es que tiene una gran variedad de usos. Tradicionalmente, por ejemplo, se utilizaba para aderezar los filetes de hígado y corazones, pero solo en raras ocasiones para mojar ingredientes fritos. También ha servido para reemplazar la salsa de tomate en las pizzas y de ahí que, ante tanto uso, Karlos Arguiñano haya decidido emplearla hasta para aliñar unas buenas costillas, como vamos a poder ver en las siguientes líneas.
Beneficios de la salsa barbacoa
La salsa barbacoa, por su elevada cantidad de vitamina E, es un alimento beneficioso para nuestro sistema circulatorio, ya que 100 gramos de la misma contienen 6,56 mg. de esta vitamina. Además, también tiene propiedades antioxidantes, es beneficioso para la vista y puede ayudar en la prevención de la enfermedad de Parkinson. Cada 100 gramos tienen los siguientes nutrientes: 0,90 mg. de hierro, 1,80 g. de proteínas, 19 mg. de calcio, 0,60 g. de fibra, 170 mg. de potasio, 0 mg. de yodo, 0,20 mg. de zinc, 11,60 g. de carbohidratos, 19 mg. de magnesio, 86,67 ug. de vitamina A, 0,03 mg. de vitamina B1, 0,02 mg. de vitamina B2, 1,20 mg. de vitamina B3, 0,30 ug. de vitamina B5, 0,08 mg. de vitamina B6, 0 ug. de vitamina B7, 3 ug. de vitamina B9,0 ug. de vitamina B12, 7 mg. de vitamina C, 0 ug. de vitamina D, 0,10 ug. de vitamina K, 20 mg. de fósforo, 71 kcal. de calorías, 1,80 g. de grasa y 8,32 g. de azúcar.
.
