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Los hermanos de Ana Obregón hablan: «Nuestra hermana está destrozada»

Convertidos en el gran apoyo de Ana Obregón en el momento más complicado de su vida y cuando quedan pocos días para que se cumpla un año del fallecimiento de su hijo Aless, los hermanos de la bióloga – Juancho, Celia, Amalia y Javier – apenas se separan de su lado, intentando que sobrelleve el dolor de la mejor manera posible y recupere, poco a poco, la sonrisa que tanto echamos de menos y que siempre la ha caracterizado.

Los hermanos de la bióloga se pronuncian ante el enfrentamiento con Antonia Dell’Atte

Los hermanos de Ana Obregón hablan: "Nuestra hermana está destrozada"

> Sorprendidos por la guerra en la que se ha visto inmersa Ana con Antonia Dell’Atte después de que la actriz saliese en defensa de Alessandro Lequio cuando la italiana le tachó de maltratador, manipulador y mentiroso, tanto Javier como Amalia se pronuncian sobre esta nueva polémica y quitan importancia a la demanda que presuntamente la madre de Clemente Lequio va a interponer contra su hermana por calumnias, confesando que ésta no ha recibido ninguna notificación del juzgado.

Javier, muy unido a Ana, desvela que está «hecha polvo» ante la cercanía del primer aniversario de la muerte de su hijo, pero sorprende al asegurar que «no me he enterado de nada de eso» de la guerra con Antonia. «No tengo ni idea la verdad», afirma el empresario, asegurando que en cualquier caso la bióloga no está preocupada por la italiana porque «tenemos cosas más importantes» en estos complicados momentos de su vida.

Amalia, por su parte, confirma que no es el mejor momento para Ana, ya que «ahora en mayo está delicada la situación» al cumplirse un año sin Aless. Unos momentos «durísimos» para toda la familia y por los que no dan ningún tipo de importancia a los nuevos ataques de Antonia Dell’Atte. «Nada. Ni caso. No tiene ningún fundamento o sea que…», señala, confirmando que su hermana no ha recibido «nada de nada» de la demanda que ha anunciado la modelo italiana y que, por lo que se ve, no preocupa en absoluto a una Ana destrozada por el primer aniversario de muerte de su hijo.