El 30 de abril de 1983 Sevilla vivía uno de sus días grandes con la multitudinaria y espectacular boda de Isabel Pantoja y Francisco Rivera Paquirri. Un enlace de ensueño protagonizado por una pareja enamoradísima que, tan sólo un año y medio después – cuando su primer hijo en común, Kiko, sólo tenía 7 meses – veía truncada para siempre su felicidad con la fatídica muerte del torero en Pozoblanco.
Cada 30 de abril, la tonadillera adorna la tumba de su marido
Desde entonces, y a pesar de haber protagonizado sonados romances con rostros tan conocidos como José Coronado, Diego Gómez o Julián Muñoz, Isabel Pantoja se convertía en la ‘viuda de España’ y en la viva imagen del dolor, incapaz de superar el trágico fallecimiento del gran amor de su vida.
Por eso, ya es una tradición que, tanto el día del cumpleaños de Paco – como Isabel Pantoja le llamaba – como el de su aniversario de boda, como el de la muerte del torero, la tonadillera tenga un emotivo recuerdo a su marido. Un homenaje en forma de ramo de flores que, año tras año, adorna la tumba de Paquirri en Sevilla como gesto silencioso con el que la artista demuestra que nunca se olvida de su gran amor.
Un detalle en el que Isabel siempre incluía a su hijo Kiko – citándolo en la cinta que rodea a la corona, que solía poner ‘tu mujer y tu hijo que no te olvidan’ – pero del que el Dj ha sido ‘borrado’ de un plumazo a raíz del enfrentamiento que mantiene con su madre desde el pasado mes de agosto.
Así, este viernes, 38º aniversario de boda de Isabel Pantoja y Francisco Rivera, la tumba del torero ha amanecido con un precioso ramo de flores en forma de cruz con el que la tonadillera, un año más, ha querido recordar el día más especial de su vida, el de su enlace con el desaparecido torero, para el que siempre tiene un pensamiento y un detalle especial cada 30 de abril.
