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El preocupante deterioro físico que ha mostrado Isabel Pantoja a la vuelta de su encierro en Cantora

Isabel Pantoja lleva desaparecida casi desde el mes de Septiembre. Desde entonces, demasiadas cosas han cambiado en su vida. La principal, la relación con su hijo Kiko Rivera, que está completamente rota y sin posibilidad de arreglo después de las durísimas declaraciones públicas del Dj y de que, ante el silencio de su madre, haya iniciado medidas legales para que le de la parte de la herencia de su padre que le corresponde. Alejada también de su hija Isa, negociando con los abogados de Francisco y Cayetano Rivera la entrega de los enseres personales de Paquirri – que la tonadillera siempre negó que tuviera – y con acuciantes deudas económicas que podrían obligarla a vender Cantora además del resto de sus propiedades, la artista se enfrenta además a una pena de tres años de prisión por presunto delito de insolvencia punible.

Isabel Pantoja

Durísimos golpes que Isabel Pantoja ha afrontado encerrada en Cantora y acompañada tan sólo por su hermano Agustín y por su madre, doña Ana, que está muy delicada de salud. Sin embargo, a pesar de estar viviendo el momento más doloroso de su vida, toca volver al trabajo puesto que la tonadillera necesita desesperadamente generar algún tipo de ingreso y, como se anunció hace semanas, formará parte del nuevo talent show de Mediaset, Top Star, al lado de Danna Paola y Risto Mejide.

Un nuevo proyecto laboral que ilusiona a Isabel Pantoja, que la hará reencontrarse con su público y que ha conseguido por fin ‘arrancarla’ de su ‘jaula de oro’, Cantora. Esta mañana, la tonadillera reaparecía públicamente en el aeropuerto de Jerez ocho meses después de su última aparición para poner rumbo a Madrid y comenzar la grabación de la que supondrá su vuelta al ‘ruedo mediático’ casi dos años después.

Visiblemente más delgada, con sus inseparables gafas de sol negras – para ocultar la tristeza de sus ojos – y una mascarilla en el mismo color que le tapaba buena parte de la cara y con la que consiguió ocultar su expresión, Isabel lució su característica coleta, una sudadera negra y un foulard rojo al cuello para proteger su garganta.

Acompañada por su peluquero, Antonio Abad, la tonadillera se mostró tranquila y amable en su reaparición pública y, después de dar los «buenos días» a la prensa, confesó que está «con muchas ganas» de volver al trabajo.

Confirmando con un inequívoco gesto con el pulgar que su madre, doña Ana Martín, está bien de salud, Isabel prefirió no desvelar cómo se encuentra ella en estos complicados momentos a nivel personal, económico y legal, ni tampoco confesar cómo lo ha pasado con los últimos acontecimientos que han rodeado su vida.

Agradeciendo a la prensa su apoyo y saludando con la mano cariñosa, Pantoja ponía rumbo a Madrid para retomar su vida profesional y olvidar, si es que es posible, la guerra que la enfrenta a su hijo Kiko.