Carmen Borrego no puede más. Lo tiene decidido y muy posiblemente diga en los próximos días, si todo sigue así, su adiós definitivo al programa donde colabora junto a su hermana Terelu y su sobrina Alejandra, Viva la vida. La guerra de las Campos no parece tener fin y tras una discusión entre tía y sobrina que se desarrolló en plató durante la publicidad hace ya algunas semanas pero que no quisieron su contenido fuera relevado, les trae por el camino de la amargura. Un traidor podría haber vendido a una revista la exclusiva de la polémica riña familiar y es ahora cuando podría desvelarse su identidad. Los tiros iban hacia José Antonio Avilés o Ana María Aldón. Sin embargo, Kiko Matamoros tendría una información que lo dinamitaría todo. Hasta el punto de que la propia hija de María Teresa no aguantara la presión y terminara abandonando el plató. ¿Se irá para siempre?
Kiko Matamoros suelta la bomba y culpabiliza a la propia Carmen Borrego
> Después de mucho debatir sobre el posible traidor que habría filtrado la noticia a los medios, Kiko Matamoros tiene algo que decir. Y así lo ha soltado en Viva la vida, provocando una reacción a la aludida que nadie esperaba. «Inocentemente alguien (no saca ningún beneficio) le preguntan si esa información de que ha habido una bronca es cierta y la confirma. No puede ser otra que Carmen Borrego. Porque si tu eres el director de esa revista no vas a dar eso en portada sin tener confirmación del peso pesado», confirmaba según su opinión y todo lo que ya se sabía sobre el asunto. Algo que provocó irremediablemente la reacción de Carmen.
«No voy a permitir que se juegue con este tema, no tengo nada más que decir», contestaba muy cabreada Carmen ante las duras palabras del tertuliano. Es entonces cuando todo saltaría por los aires por culpa de Diego Arrabal. «No puedo estar más de acuerdo con mi compañero» alegaba el paparazzi muy convencido de los argumentos de Matamoros. «Me vais a permitir pero me voy a marchar porque no voy a consentir esto. Ni una más ni tuya, ni tuya ni de nadie», decía levantándose de su silla mientras les señalaba y abandonaba su puesto para marcharse fuera. «Me voy pero me voy para siempre», amenazaba.
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