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Supervivientes: A los que el paso por Honduras les costó caro

Supervivientes 2021, el reality más extremo de la televisión está a punto de comenzar y los telespectadores no podemos esperar ni un minuto más. Se trata de una experiencia que solo se vive una vez en la vida, por lo que hay que saber aprovecharla. Muchos personajes públicos desean pasar por ella para superarse a sí mismos o para demostrar al mundo de lo que son capaces. Otros, por mucho que lo intenten, no consiguen adaptarse como es debido o acaban su trayectoria televisiva en ese mismo instante. A lo largo de casi 20 temporadas los Cayos Cochinos ya han visto de todo. Desde participantes que les cuesta un mundo tirarse del helicóptero, otros que abandonan por no aguantar la presión, a algunos que se les va completamente la pinza. A muchos su aterrizaje en la isla más famosa de Honduras les ha salido demasiado caro, tanto, que solo se les recuerda por ello o lo que es peor, nadie le echa de menos. Si quieres descubrir el recopilatorio que hemos hecho en Cotilleo sobre todo este asunto… ¡no te lo pierdas y continua leyendo!

Los que abandonaron el reality a la primera de cambio

Supervivientes: A los que el paso por Honduras les costó caro

> Con solo pensar en un participante que no aguantara ni 4 días en los Cayos, se nos viene rápidamente a la cabeza su nombre, Oriana Marzoli. Podríamos decir que posee el récord mundial de menor permanencia en un reality. En 2014 emprendía la aventura con recelo y con la intención de madurar, apenas cuatro días le hicieron falta para marcharse. Volvió a intentarlo en 2017 y con la intención de limpiar su imagen volvió como fantasma del pasado. 12 horas hicieron falta para abandonar alegando lo siguiente: “Esto es para verdaderos supervivientes, no para gente como yo. No tenía que haber venido”. No ha sido la única, María Lapiedra, puso punto y final a la experiencia por echar de menos a sus hijos.

El actor Adrián Rodríguez, por su parte, vivió un auténtico drama al llegar y al salir de la isla. Sus problemas con la ansiedad no le dejaron disfrutar de la aventura y tuvo que salir por patas. “Todavía no he podido pagar la indemnización que me impuso la productora. Lo poco que gano va para Hacienda, otro poquito para mis deudas y el resto de lo poco que me queda para vivir”, confesó un año después en una visita al plató de Sálvame. Encarna y Toñi Salazar, de Azúcar Moreno, más de lo mismo, a la dirección del programa no les sentó nada bien su actitud y fueron avisadas, si decían adiós, tendrían que pagar una cuantiosa cantidad en concepto de rescisión de contrato. «No hemos encontrado nuestro sitio aquí, hacer un mal concurso sería más frustrante que abandonar el programa», explicaron.

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