Iñaki Urdangarín se trasladaba a Vitoria a finales de la semana pasada para iniciar una nueva etapa en su tercer grado penitenciario y cumplir el resto de su condena en su ciudad natal, cerca de su familia. Instalado en la prisión de Zaballa – donde ocupa una celda individual en el módulo de respeto – diferentes fuentes aseguran que se ha visto al marido de la Infanta Cristina comprando una bicicleta en el centro de la ciudad y practicando natación en un polideportivo cercano a la casa de su madre, Claire Liebaert, domicilio de arraigo del exduque de Palma desde el pasado lunes.
A pesar de que se esperaba que comenzase su nuevo trabajo como consultor en el bufete de abogados «Imaz & Asociados» coincidiendo con su llegada a Vitoria, Urdangarín todavía no se ha dejado ver por el despacho, donde hay una gran expectación mediática por su llegada.
Su madre, Claire Liebaert, que ayer confesaba que a su hijo le está costando «volver a la normalidad y adaptarse a la realidad», se muestra discreta y no desvela cuándo podremos ver a Iñaki en su nuevo trabajo. Muy feliz, la suegra de Doña Cristina confiesa que está contenta por tener a su hijo en Vitoria, «mejor imposible», pero fiel a su discreción prefiere no revelar más detalles de la nueva etapa que recientemente comenzaba el exjugador de balonmano, que poco a poco recupera la sonrisa.
Por su parte, la suegra de la Infanta Cristina, solo está preocupada por el bienestar de su hijo, y está completamente ajena e indiferente a la polémica generada por la noticia de que la infanta Cristina haya sido vacunada contra en Covid en Ab Dhabi. La madre de Urdangarín no ha querido opinar al respecto de su nuera.
