Aitana Ocaña parecía estar viviendo un momento muy dulce en su vida, tanto en lo profesional como en lo personal. Parece que la relación con Miguel Bernardeau iba viento en popa a toda vela. Sin embargo, siempre el «fantasma» de Cepeda ha estado ahí y de nuevo sale a la palestra de nuevo en el sentido habitual: que Aitana no le ha olvidado. Y parece que hay pruebas que lo demuestran como ahora te contaremos.
Y sí, como quizá has adivinado tiene que ver con su último trabajo discográfico que estrenó oficialmente ayer 11 de diciembre, y que lleva por título ’11 razones’. El disco ya es un éxito pero la lluvia de comentarios en las redes no sólo han ido dirigidas a la calidad del disco, sino a las letras y los mensajes que contienen.
4Pero Aitana no se queja del tema de Cepeda
Recientemente Aitana, en su línea de no cortarse nunca en decir lo que piensa y siente, estalló harta, pero no por el tema de Cepeda. Precisamente ha sido con motivo de la promoción de su nuevo trabajo discográfico donde hemos visto a Aitana muy cabreada con los seguidores. Y más concretamente con la parte de sus fans (y/o haters), que tienen la idea preconcebida de lo que para ellos es Aitana como cantante. Harta de que se la critique por ser una chica guapa y por tener éxito cuando otros compañeros con iguales condiciones no están arrasando, se ha sincerado en una entrevista en Vogue.
«Yo no tenía claro cómo quería que fuera mi futuro musical, y acabó siendo un cómputo de aquellos temas que me gustaban más y funcionaban mejor juntos. Fue experimental y me siento orgullosa de ello, pero en este segundo disco quería que mi voz se hiciera ver con un salto radical», explica Aitana en la entrevista sobre Spoiler, su primer trabajo. Lo que más ha sorprendido es la parte del nuevo disco: «Quiero decir algo así, en abierto, a todo el mundo: yo sé que mi género es pop, con vocación puramente comercial, y no pretendo ir de algo que no soy. ¿Cuál es el problema? He tenido que leer que mi música era un producto donde otros eran titiriteros y yo una pura marioneta, y no: ni una sola nota de mi música existe sin que yo esté conforme».
