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4 trucos para afrontar estas Navidades, las más atípicas y duras de nuestra vida

La Navidad provoca para muchos lo que se ha venido a denominar «estrés navideño». Los compromisos sociales, las comidas, los regalos, las prisas por llegar a todo, hace que el estrés se convierta, para muchos, en el protagonista de estos días. A esto hay que sumarle que, este año, las Navidades se presentan extrañas: sin poder reunirse con todos los familiares, con medidas de seguridad, sin abrazos, con toque de queda… Afrontar de un modo óptimo esta nueva época que nos ha tocado vivir no es fácil y más, en estas fechas tan señaladas. Desde la Escuela de competencias para la vida y la salud se dan las claves para que el estrés no se apodere de nosotros en estos días y para que podamos vivir con tranquilidad y entereza.

No aferrarse a lo que no está en nuestra mano solucionar

«No podemos evitar tener estrés, pero sí podemos activar nuestros recursos propios para evitar caer en picado bajo sus efectos y disolver la rueda del diálogo interior, usualmente negativo» afirma Ángela Jordana, directora y fundadora de la Escuela de Competencias para la Vida y la Salud. Una de las principales claves para conseguir esa «peace of mind» (paz mental) tan necesaria en estos días es no aferrarse a lo que no está en nuestra mano solucionar, «suelta todo lo que no depende de ti. Suelta y deja ir lo que no te corresponde, lo que no es de tu incumbencia» aconseja Jordana. En estos momentos, más que nunca, no está en nuestra mano solucionar los problemas que está generando el COVID. Lo que SÍ está en nuestra mano y podemos hacer, es respetar las recomendaciones de seguridad. Por nosotros y por los demás. Tenemos por delante en estas Navidades la oportunidad de vivirnos todos, más solidarios que nunca. Por eso, debemos aceptar y soltar «el lastre» de querer cambiarlo todo.

Que no te importe lo que piensen de ti

Asimismo, otra de las claves es no preocuparse por lo que los demás piensen de uno mismo. «No has nacido ni estás en el mundo para cubrir las expectativas de nadie. Ni siquiera las tuyas propias» asevera Jordana. Vivimos en un mundo muy expuesto, con el escaparate que implican las redes sociales. Constantemente, recibimos «inputs» de lo que hacemos, comentarios en grupos, en las reuniones… No debemos dejar que eso nos afecte y no intentar estar de forma permanente agradando a todo el mundo.

prevision navidad

Encuentra significado a lo que te está pasando

Del mismo modo, esa deseada «paz mental» se consigue también intentando encontrar significado y sentido a lo que nos está pasando «bucea en ti para dar con ello». Cuando te sientas incómodo, inquieto, con malestar…, o sencillamente te invadan temores irracionales, «párate un momento y pregúntate: ¿qué no entiendo? ¿qué información me falta? Y podrás, al indagar en ti, transformar lo que estás viviendo». Con actitud abierta, lo que te sucede te va a dar claves para que comprendas y reequilibrará tu interior. Nos destaca Jordana: «encontrar significado y recuperar la paz, no es un ejercicio mental, sino de escucharte»

Mente positiva no es una mente calmada y silenciosa

Por último, existe una creciente corriente que «alienta» a que tengamos una «mente positiva», en el sentido de reprogramar y convertir los pensamientos negativos en positivos. Hay que clarificar esta idea puesto que una «mente positiva» no es necesariamente «una mente calmada y en paz». «Forzar ese cambio de pensamiento negativo a positivo no siempre anula el conflicto interno» sostiene Ángela Jordana a lo que añade «si lo que pretendemos es forzar ese cambio entraremos en pelea con nosotros mismos y no en serenidad». Y es que, con la crisis actual, los pensamientos negativos son muy frecuentes y normales. Entonces ¿qué puedo hacer? «Algo muy sencillo: No analizarlos, dejar de calificarlos y de interpretar si ese pensamiento es bueno o malo, positivo o negativo. La clave está en verlos como algo pasajero, y si sucede con mucha frecuencia, plantearse si ese pensamiento está siendo útil para la vida que uno quiere vivir. Hay que preguntarse ¿es útil para mi salud mental? ¿me aporta y ayuda a expandir al máximo mi bienestar? Si no es así, descartarlo es lo más saludable».