Jennifer Aniston con cada aparición en cine o televisión despierta morbo en sus fans y en los que no lo son tanto. La razón se debe a que es una señora de 51 que para nada aparenta los años que tiene. Su piel tersa y su buena sonrisa parecen disimular sus líneas de expresión. Como es sabido es también considerada una excelente actriz. En este sentido, surge una disyuntiva en el pensamiento de muchas personas, ¿es posible que alguien sea tan bella y al mismo tiempo buena actriz?
La respuesta a este interrogante es sí. La gran mayoría de los grandes de Hollywood han pasado por experiencias significativas mucho antes de llegar a la industria. Jennifer Aniston es una de ellos.
A pesar que podemos ver a la celebridad con ojos despampanantes azules y un carisma que le ha hecho ganar millones de seguidores, dando la impresión de que no le importa nada. Hay mucho trabajo detrás de ese rostro. Revisemos un poco su trayectoria.
Un poco de la trayectoria de Jennifer Aniston
Pocos conocen que la afamada actriz, Jennifer Aniston, es hija de los actores John Aniston y Nancy Dow. Una ventaja familiar que fue formando su profesionalismo. Un dato un poco paradójico es que a pesar que formaba parte de una familia de estrellas, no le era permitido ver televisión.
Parte de los motivos que la lleva o impulsa a querer ser actriz es el haber visto la obra «Hijo de un Dios menor». De esta forma se aventura a estudiar actuación, es admitida a la edad de 15 años en el Escuela Superior para Actores en Nueva York.
Lo que vino a continuación fueron oportunidades que paso a paso iban moldeando su estilo y forma de proyectarse en el mundo de las artes escénicas. Consigue varios papeles en OFF-Broadway, producciones de For Dear Life at New York Public Theater y Dancing on Checkers Grave.
Antes de entrar a la serie que la proyectaría para el resto de su vida, estuvo en varios shows televisivos. Le dieron un papel en Leprecham, un film cómico de horror.
